O15

828 82 1
                                    

- ¡Es un milagro! -dijo el médico sonriendo.

No podía creer lo que estaba oyendo. Necesitaba tocarlo, sentir que eso era la maldita realidad y no otra invención de mi mente que sólo me jugaría una mala pasada.

Entré en aquel cubículo tan rápido como mis nervios reaccionaron.

- ¡Jack!

Prácticamente me abalancé sobre su cama, pero necesitaba saber que realmente estaba bien. Aquellos días que pasé sin él fueron de los peores, y de hecho me sirvieron para darme cuenta de quién me importa de verdad, aunque nunca creí cogerle cariño a nadie en esa maldita prisión.

Desde luego que lo último que se me pasó por la cabeza el primer día fue que iba a formar un grupo de buenos amigos, ni que uno de ellos moriría por mi culpa.

De lo que sí que estaba completamente segura era de que no me iba a enamorar.

Bueno, esa tampoco es la palabra...

¿Que algún chico podría gustarme?

Sí, eso tiene más sentido. Más bien parece sacado de un cuento de hadas o de alguna de esas historias románticas y cliché que solía leer cuando era una adolescente enamoradiza.

Con el tiempo dejé de creer en eso, y en mi vida diaria no le daba importancia a los hombres. Recuerdo que la única persona a la que quería era a Lucía. Era mi mejor amiga, y para mí como una hermana. Siendo sinceros era lo único que me quedaba en la vida, y el ver como me la quitaban me llevó hasta donde estaba ahora; llorando por un chico que pensé que tendría un final como el de Finn.

- ¡______!

Me correspondió el abrazo.

- ¿Qué pasa? -dijo tocando mi mejilla.

- Nad...

Oh mierda, sí que pasaba, estaba llorando. No sabía cuándo, pero sí.

- ¿Cuanto tiempo llevo aquí?

- Semanas.

- ¿¡Semanas!?

Asentí secándome las lágrimas que se habían esparcido por mi cara.

- ¿Pero por qué...? ¿Cómo...? No entiendo...

- ¿Qué es lo último que recuerdas?

- Pues... Te desmayaste, fui corriendo a ver si estabas bien, luego vi a Chosen y a Finn venir hacia nosotros y ya... No recuerso nada más. Podría jurar que para mí sólo han pasado unos segundos hasta que he despertado.

- Bueno, Noah nos disparó... Estamos todos bien, excepto Finn.

- ¿Qué? ¿Dónde está?

- En el cielo, Jack -mi voz se quebró al decir esas palabras.

Él palideció. Empezó a formular preguntas atropelladas de las cuales no terminó ni una sola.

- Tranquilo, Jackie...

« Bien, _____, eso es lo más ridículo que has dicho en mucho tiempo, y es el momento adecuado. Sí, claro... »

- Todo es mi culpa, ____, yo... Si hubiera disparado... Fui un cobarde.

- ¡No! -negué- ¡No! -dije más fuerte- Esa era mi parte, yo tendría que haberlo hecho -resalté claramente la palabra "yo".

Cogí su mano y la apreté, justo cuando iba a decir algo de más entró el médico.

Al segundo agradecí su presencia, porque si no hubiera entrado hubiera cometido uno de los mayores errores de mi vida.

- ______, tiene que irse. Tenemos que comprobar que Jack esté bien.

- Pe...

- Estoy seguro de que Jack agradece tanto como yo que haya estado tan pendiente del asunto, pero todo ha salido bien, él está bien y usted también. Vaya a descansar y le aseguro que mañana Jack ya volverá con usted, Wyatt y Chosen.

Agaché mi mirada e hice un gesto de despedida que ni yo misma supe descifrar.

¿En serio creen que todo ha salido bien? Joder, nadie tiene ni puta idea de lo que ha pasado excepto Jack, Wyatt, Chosen, Noah y yo, y todavía se inventan historias para "calmarnos". Pienso averiguar qué está pasando aquí, porque no me creo esa patraña de que hayan cambiado a Noah de cárcel por las buenas.

Es todo tan... Fácil. Hay algo más, y, lo siento, soy muy metomentodo, pero ahora mi objetivo es saber la verdad.

-🍑-

𝓒𝓸𝓷𝓭𝓮𝓷𝓪 ; 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓖𝓻𝓪𝔃𝓮𝓻 Where stories live. Discover now