OO3

1.2K 114 36
                                    

Un horrible pitido resonó por toda la estancia. De repente, todos los presos dejaron lo que estaban haciendo y se dirigieron como zombies hacia un mismo lugar.

Nicholas: Es el toque de queda. Suena a las nueve de la mañana para el desayuno, a las tres para la comida, a las nueve de la noche para la cena y a la una para irse a dormir. Puedes ir antes, pero la hora máxima es la una.

____: ¿Te lo sabes de memoria?

Nicholas: Es lo que tiene trabajar tres años aquí. Bueno, me voy. Disfruta de... La estancia, supongo.

Y se fue. Suspiré, de nuevo estaba sola y esta vez daba la sensación de que me pasaría unos buenos meses sin hablar con ningún ser humano.

Supuestamente debería ir a cenar, pero después de aquella tarde lo que menos tenía era apetito.

Me quedé por ahí, paseando sin pretender ir a ningún sitio.

?: ¿Nueva, eh?

Me giré y vi a un chico de pelo rizado.

____: ¿Algún problema?

?: Menudo humor... -sonrió de medio lado- y sí, estás justo en frente de la puerta.

Me di cuenta, estaba bloqueando la entrada al baño de los chicos.

____: Lo siento... -me aparté.

?: Deberías ir a comer algo, la cocina se va a cerrar.

Me encogí de hombros, restándole importancia. El chico sonrió una última vez y se metió en el baño.

Decidí irme a mi celda, ya que tampoco tenía nada que hacer.

Al entrar me di cuenta por primera vez que había dos camas, lo cual significaba que tendría que compartirla con alguien.

« Joder... »

Me senté frustrada en una cama. ¿Y ahora qué?

¿Así serían los próximos diez años?

Me hundí en mis pensamientos negativos, hasta que sentí un borde de la cama hundiéndose. Una chica se había sentado a mi lado, y muy a mi pesar, sabía que ella era con quien compartiría habitación. Bueno, no exactamente eso, sino... infierno.

Chica: Creo que te has confundido, esta es mi celda.

____: ¿Disculpa? -dije sorprendida ante su tono despreciativo.

Ella bufó.

Chica: Esta es la 103.

____: Lo sé, a partir de ahora dormiré aquí -dije intentando calmarme ante la desagradable pelirroja.

Chica: ¿¡Cómo!?

Sí, sin duda la había pillado desprevenida.

____: Sí, y te pido que te calmes. No es mi culpa que nadie te haya informado.

Chica: Bien, lo siento... creo. Empecemos de nuevo -suspiró-. Esto no se me da bien. Mejor empieza tú.

____: Soy ____ Álvarez.

La verdad es que yo tampoco sabía muy bien cómo iniciar una conversación medianamente normal dadas las condiciones.

Sophia: Sophia Lillis.

Ella se sentó en la cama de enfrente, o mejor dicho, se abalanzó sobre ella.

Sophia: ¿Nos tenemos que llevar bien, verdad? -dijo apenada.

____: No te voy a forzar a que seas mi amiga.

Sophia: En ningún momento he dicho esa palabra. No te confundas, bonita. Amigas ya te digo que no seremos nunca.

Sophia dejaba a las personas más desagradables en una posición ridícula. Ella tenía la capacidad de sacarte de quicio en menos de un minuto, y aquel día lo comprobé muy bien.

_____: ¿Vale? Después de todo yo tampoco quiero amigos aquí. Todos son malas personas.

Sophia: Entonces tú también. Digo, estarás aquí por algo.

____: Sí, por una injusticia que llevó a otra la cual yo no supe defender. Por eso.

Sophia: Con eso no me aclaras mucho.

____: ¿No decías que no seríamos amigas? Entonces no te interesará mucho.

Ella me miró con los ojos entrecerrados.

Sophia: Tú ganas, ahora dime.

_____: Bueno, es una larga historia...

Espera, ¿desahogarme con la primera persona que se me cruza? ¿Iba a hacer eso? Desde mi antiguo punto de vista sería una locura, pero después de todo se iban acabar enterando de una u otra forma.

_____: Tenía alguien a quien quería mucho. La única persona que me escuchaba y me entendía. La chica más sincera y leal que jamás conoceré -entonces las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. Sabía que no podría hacerlo, pero ahí estaba: confesando a una chica que no conocía de nada. Patético y desesperado-. Simplemente... Me la quitaron... No sé porqué, y estoy segura de que nunca lo sabré, porque esa persona ya está muerta. Pagó por sus actos y ahora, por mucho que me encierren, nadie podrá quitarme la satisfacción de saber que por fin terminé algo. Mi mente está tranquila, pero mi corazón no. Me duele el pensar que aunque conseguí hacer desaparecer al culpable de la faz de la Tierra, también despareció Lucía. Y ya no volverá.

Sophia carraspeó.

Sophia: O sea que mataste a un tío por venganza.

____: Sí...

Sophia: Joder, entonces mi historia se queda en la mierda -rió-. Yo sólo atraqué un banco, me pillaron y ya. No llegué a matar a nadie, ni lo habría hecho. Para eso hay que tener mucho valor, ¿no?

____: Valor no, hay que tener rabia dentro. Y yo aún la sigo teniendo.

-🍑-

𝓒𝓸𝓷𝓭𝓮𝓷𝓪 ; 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓖𝓻𝓪𝔃𝓮𝓻 Où les histoires vivent. Découvrez maintenant