capítulo 13: ¡El primer beso del año!

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Desde hacía más de un mes que Clairo venía programando la salida a aquella discoteca: Fénix. Cuando me invitó, al principio le dije que lo pensaría, pero lo cierto es que estaba segura de que no quería ir.

No me sentía con ánimos.

Billie había estado bastante errática esas últimas semanas. Al parecer lo que Ashley le dijo la había afectado hasta el punto de no hablar mucho conmigo. Los viajes a la universidad se habían vuelto bastante incómodos y exageradamente silenciosos. La primera semana intenté retomar un poco nuestra relación, pero acabé por cansarme.

Estar en la casa con ella también resultaba bastante incómodo, por lo que trataba de alargar mis días en la universidad quedándome a estudiar en la biblioteca - hasta que comenzaron las vacaciones de invierno- o pasando el tiempo con Clairo e incluso había pasado varias tardes con Shawn, quien a pesar de no estar en mis clases, se había vuelto un gran amigo.

Durante los días festivos creí que Billie estaría alegre, y no, la cosa seguía igual. Ashley decidió que celebraríamos la navidad en un restaurante muy elegante del centro, pero Billie se negó a ir alegando que no se sentía muy bien. Sabía perfectamente que estaba mintiendo, sin embargo, lo último que quería ese día era arruinarles la navidad a mis sobrinos.

Y así transcurrieron los días hasta el 31 de diciembre del 2020. El último día del año.

-¡Es hoy!.--exclamó Clairo cuando llegué a su apartamento.--¡Me alegra de que hayas decidido venir finalmente! Tenemos que ir a comprar ropa para esta noche.

La abracé y entramos. Selena no estaba porque había ido a pasar las vacaciones de invierno con su familia a los Alpes Franceses.

-Sabía que iba a convencerte.--dijo con suficiencia y sonreí.

-No estaba con muchas ganas, pero bueno, es un día para festejar. Año nuevo.

Clairo sonrió.

-Y tal vez amores nuevos.--insinuó guiñándome un ojo. Creo que ella ya intuía lo que me sucedía con Billie.--Excepto para mí, yo no dejaría a Diego por nada del mundo.

Luego de almorzar en su casa, nos dirigimos al centro comercial. Clairo no era una chica de comprarse ropa en exceso. Su lema era básicamente "calidad antes que cantidad".

-He ahorrado de a poco todo el año para comprarme un vestido para hoy. Es año nuevo, ______, hay que ponerse algo nuevo.

-Yo no sé qué voy a comprarme, no quiero gastar mucho dinero.--dije mientras caminábamos por la segunda planta viendo vidriera tras vidriera.

-Oh, vamos, a ti cualquier cosa te quedará bien.

Seguimos dando vuelta por un par de horas más hasta que logré dar con un vestido que me gustó mucho, sobre todo en relación con el precio. Era un vestido con mangas largas de encaje color champagne.

A Clairo le encantó.

-Creo que me lo llevo, aunque vaya a usarlo una sola vez en mi vida, creo que es hermoso.

-¡Sí!.--vitoreó ella.--Selena dijo que podíamos usar cualquiera de sus zapatos. Y los de ella son incluso más lindos que los míos.

Mi amiga terminó escogiendo un vestido rojo de tirantes. Pensé que iba a hacer demasiado frío esa noche para usar algo sin mangas, pero a ella le gustaba así.

Además dentro de la discoteca estaría caluroso.

Cerca de las tres de la tarde, seguimos paseando hasta acabar rendidas en un banco tomando un capuchino de Starbucks. Estaba tan abstraída que ni siquiera la vi pasar frente a nosotras. De hecho estaba pensando justamente en ella hasta que Clairo me dio un codazo.

DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora