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Capítulo I


"el silencio se apodera del indeciso color de la hora que precede al crepúsculo; un casco de luna amarilla salió entonces de entre el celaje de la humedad adelantando la llegada del crepúsculo"


El rio rojo de hojas secas que prendían fuego con solo ser besados por la luz del crepúsculo, el otoño había llegado a Londres dando inicios a las festividades de la gran ciudad. Esta época del año era mi favorita de todas las estaciones que había, ya que el bosque donde cortaba camino tomaba vida; los colores naranja, amarillo y rojo se hacían presentes. Hoy había terminado mi jornada de trabajo en el Bar aunque mi día fue perfecto la paga no lo fue, Richard mi jefe no me pago las horas extras que había hecho la semana pasada y todo porque según yo había roto una docena de platos. Menuda estupidez era más que obvio que Mirna los había roto, pero que va…con tan solo enseñar los pechos tenia a Richard comiendo de su palma. Pobre ingenuo de verdad creía que Mirna le haría caso; a él un tío que le dobla la edad y con esa enorme barriga, en fin se valía soñar…Por lo menos me alcanzo para leche y pan esta vez.

Caminaba por el sendero jugando con las hojas que lo cubrían, la noche estaba por caer y el frio se estaba haciendo presente, acomode mejor mi chaqueta y mi gorro de lana. El bosque no me daba miedo estaba acostumbrada a siempre deambular por los alrededores claro que sabiendo los peligros que lo asechan. Me detuve al escuchar una especie de quejido, gire buscando al portador sin tener respuesta seguí mi camino pero de nuevo el mismo sonido. El crujir de algunas ramas y hojas se escucharon detrás de un arbusto y un árbol, con sumo cuidado me acerque más y más…

¡Por todos los dioses del Olimpo!

Un chico recostado entre las hojas en posición fetal yacía detrás del arbusto, era realmente hermoso como aquellos querubines, su piel pálida y lechosa, facciones marcadas, mandíbula definida y esos mofletes resaltaban. Cuanta belleza destilaba; aquellos rulos color dorados brillaban como el mismo oro…

Tenía que admitir que me daba algo de miedo pensar que este chico estuviera muerto, daba señales que había pasado toda la noche en las afueras, pero al tocar con sumo cuidado su delicada piel blanquecina sentí el calor emanar de ella, esto tenía que ser un milagro puesto que lo más lógico sería haber muerto de hipotermia debido a las bajas temperaturas de la noche y con esos harapos que llevaba por ropa.


🍁🍂🌿…


Poco a poco recobraba el conocimiento pero algo extraño se sentía, un rico aroma arándanos y hierba buena se colaban por mi nariz. Podía escuchar una respiración pesada y el latir de un corazón, abrí lentamente mis ojos encontrándome con los rayos del sol lo cual me causo un molestar en mis ojos. Trate de removerme pero al parecer la parte de mis muslos eran sostenidas por unas manos; entonces me di cuenta que iba recostado en la espalda de una chica de cabello rojizo. Me sobresalte forcejeando para que me soltara y así lo hizo, caí de bruces debido que al soltarme no me dio tiempo de reaccionar. Escupí el poco de tierra que me había entrado en la boca, me pare sacudiendo la tierra de mi ropa, alce mi vista encontrando me  con la chica quien me veía con curiosidad.

—¿Quién eres?—Me atreví a decir.

—No es obvio, soy la chica que te encontró tirado detrás de un arbustos—dijo con tal calma—No se tu pero yo tengo mucha hambre y supongo que tu también.

—Claro que no…

—Eso no es lo que decía tu estómago hace rato—la chica sin decir mas opto por darse media vuelta y seguir caminando—te recomiendo que te apures si es que no quieres pasar otra noche afuera—dijo alejándose.

—¡Oye! ¡Espera!—corrí para alcanzarla—No crees que es muy peligro invitar a un desconocido a cenar—me posicione a su lado.

—Tal vez, pero aquí entre nos; no tienes pinta de ser algún ladrón o un asesino en serie y si lo fuera pues no ganarías mucho, oficialmente estoy quebrada—se encogió de hombros—además hay un dicho que dice que no debemos de juzgar por las apariencias.


El joven hombre lobo quedo pasmado ante las palabras de la chiquilla, como era posible que fuera tan descuidada y sin miedo a la muerte, Park Jimin vio algo en ella diferente a lo que conocía. Si los humanos eran igual que ella, entonces hizo una buena elección de querer cambiar su estilo de vida, aquí es donde el camino de ellos dos se involucrarían descubriendo cosas el uno del otro….

🌙SOLO ESTA NOCHE🌙 + PJWhere stories live. Discover now