Bota, bota, y no es... || JK & TH

Pelota

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La práctica se había terminado, Jungkook bastante cansado se echó en la colchoneta azul que había detrás suyo, con tranquilidad cerró los ojos y se relajó. Mientras que Taehyung, con cuidado se recostó a su lado, abrazándole.

Después de un largo rato Taehyung se apartó de Jungkook mirándolo enternecido.

Adorable. Pensó

El castaño dibujó una sonrisa juguetona en su rostro y corrió por una pelota con la que JiMin jugaba minutos atrás, era gigante y colorida, así que la tomó con cuidado, para después con el pie lanzarla a donde se encontraba Jungkook.

No sabía que pasaba, pues parecía que Kook estaba al tanto de sus maldosas acciones, cuando en un rápido movimiento el menor lanzó la pelota con sus manos y se levantó, comenzando a ir en su dirección.

Al reaccionar rápidamente salió corriendo dentro del lugar.

—¡Taehyung! ¡ven aquí!

El nombrado sólo reía muy fuerte y seguía corriendo tratando de encontrar un lugar donde esconderse.

Hasta que su vista quedó en el baño para chicos y al no tener otra alternativa entró, cerrando la puerta con seguro.

—¡Taehyung te he visto! ¡más vale que salgas ahora!— dijo Jungkook mientras se recargaba en la puerta

Esperó unos minutos, pero Jungkook no se iba, tenía que optar por otra cosa.

—¡Kim Taehyung!— gritó el menor

El castaño con cuidado quitó el seguro, preparándose para correr de nuevo. Al abrir la puerta se concentró, y rápidamente trató de huir, pero para su mala suerte Jungkook tenía muy buenos reflejos.

Su delgado cuerpo fue lanzado con fuerza dentro de aquel baño, mientras que el pelinegro entraba para después cerrar con seguro.

—¿kookie?— preguntó temeroso, pues el rostro del menor era serio y lo miraba fríamente

—¿quién te crees para molestarme cuando descanso, Taehyung? — la voz de jung era más firme y dura

Bien, ahora sí estaba muriendo de miedo. Jungkook nunca le había hablado de esa manera cosa que lo asustaba, sus piernas temblaban, el menor de a poco se fue acercando y Taehyung retrocedió, tratando de huir.

Sí bien no sabía de lo que el menor era capaz, después de unos cuantos pasos su espalda chocó con la fría pared, su respiración comenzó a descontrolarse y su corazón bombeaba rápidamente.

—Kookie, fue una broma, por favor no me hagas nad...—

Abrió los ojos con sorpresa, pues Jungkook lo estaba besando.

Pudo ver cómo tenía los ojos cerrados,  y cómo sus manos tomaban con fuerza su mandíbula, impidiendole huir.

El castaño se relajó un poco, más no entendía que pasaba. Poco a poco fue cediendo hasta que también se encontraba cerrando los ojos, comenzando a mover sus labios al ritmo del menor.

No, no le molestaba en absoluto.

El pelinegro tomó más confianza, pues estaba siendo correspondido, entonces posó sus manos en la cintura del castaño y lo llevó más cerca de su cuerpo.