1. Pedir Permiso

6.7K 596 767
                                    

Giorno Giovanna y Guido Mista eran mejores amigos desde el jardín de niños. ¿Cómo seguía tan fructuosa su amistad? Nadie lo sabía realmente. Giorno tenía 15 años, era como el quinto hijo del matrimonio gay incestuoso de los Joestar. Vivía la buena vida, en la privada más vergas de todo el estado, tenía muchísimo dinero y era más celestial que la Silvia Pinal. Mientras, Mista tenía 18 años, pero iba en el mismo grado que Giovanna porque el pinche pendejo reprobó tres putos grados, era más negro que el huitlacoche, vivía en una familia de narcos donde todos eran más gays que el Juan Gabriel, y, por si fuera poco, gana menos que un maestro de escuela pública en un trabajo porque dejó la escuela porque no podía pasar de año y que no le alcanza pal chicle de a pesito.

Era un día con el calor más pitero del año, ¿El problema? Era invierno. Giorno caminaba de la escuela a su casa cuando Mista pasa por enfrente de él, en su AMC Gremlin de 1970 que un compa de la chamba le vendió a $5,000 pesos. Tenia stickers de equipos de futbol en el vidrio de atrás, portaplacas de la jellou kity y tenia uno de esos pinitos de olor colgado en el retrovisor.

Al verlo pasar, el chico pálido no dudo en saludarlo con la mirada, aquellos ojos esmeraldas que tenía eran más verdes que las aguas del dren de a un lado de la casa de cartón de Guido donde vivían sus dos gfes y sus dos hermanos.

-Hola wey, ¿Te doy raite a tu cantón?- Dijo el Mista, tratando de sonar seductor con el acento chilango más cliché que el del Vitor.

-Mista... Tu sabes que opinan mis padres de ti...- Bueno, en su mayoría solo Dio. No es que lo odiara del todo, pero desde que su padre el Bucciarati y él se empedaron con Tecate en la quinceañera de Trish y se pelearon por si las quesadillas llevaban o no queso, Dio Brando no ha sido capaz de ver a la familia de Guido de la misma forma.

-No hay pedo güerito, te dejo en la esquina y tú le entras a pata a la casa-

-Bien... creo que lo hare por ti- El ricitos odiaba decirlo, pero desde los 10 años, el prieto lo tenía cacheteando las banquetas, pero si bien duro.

Se sube al auto de su amigo, que sorprendente mente solo emitía un leve olor a perro mojado y a colillas de cigarro de al menos un mes.

-Y... ¿Por dónde es?- Preguntó el mayor confundido. Años de conocerse y nunca había ido a su casa, ni siquiera a hacer las cartulinas que les dejaban en primaria, nada.

-Es por donde hay un oxxo, a la vuelta de la esquina de la pemex, enfrente de una taquería- le explicó, dejando a un más confundido al pobre pendejo del Mista.

Tuvo en cuenta lo que Giorno le dijo, y le rezó a la virgencita para que pudiera llegar afuera de la residencial sin parecer estúpido y dejarlo al otro lado de la ciudad de México.

Y con suerte, lo logró. Dejó al rubio en la esquina de la cuadra, y antes de que se fuera de largo, lo tomó de la muñeca para llamar su atención.

-¿Puedo venir mañana? Tú sabes, a pasar el rato- Eso ultimo lo dijo con una voz coqueta, pero quien fregados le iba a entender con el pinche acento del culo que tenía.

-Déjame le pregunto a mis gfes, ya sabes lo hormonales que están mis 7 hermanos, mis 3 hermanastros, mi sobrina y mis 3 cuñados- le respondió con cuidado, Giorno era una persona muy educada, pero cuando se trataba de Mista, haría lo que fuera para pasar su tiempo con él.

-El abusa de nuestra necesidah lo wa deenunciar en la gepade!- gritó, pegandole con el puño al asiento.

Así que el rubio se fue corriendo, que o si no se lo llevaba el robachicos y dependiendo de su suerte o lo prostituían en una red de pedófilos, o vendían sus órganos en el mercado negro.

Una vez llegó a su casa, abrió la puerta y pudo ver a su padre el Jonathan viendo la Rosa De Guadalupe, con una caja de pañuelos a un lado. Sus hermanos menores, Diego y Johny, estaban revoloteando por toda la casa, y ni quería saber que otras marranadas ocurrían en los cuartos de arriba. Al cerrar la puerta y caminar un poco más adentro, sintió una presencia de tras suya.

-¿Y dónde estabas chamaco?- se volteó para encontrar a su padre el Dio, conocido por toda la comunidad por su poca competencia y la pedotas que se hecha todos los miseros fines de semana junto a su amigo, el padre gay al que sacaron a putazos de la iglesia, Pucci. Prefirió ignorarlo y sentarse junto a su padre más calmado.

-Papi Jonathan, ¿puedo invitar a alguien a casa mañana?- se acercó al llamado y le preguntó de forma dulce, tratando se chantajearlo para traer a su amigo y talvez hacer puercadas o comprar tacos de pejelagarto, o comprar frutsis y tomarlos al revés o una de esas mierdas cursis que hacían los "amigos".

-Pregúntale a tu padre, que, si te digo yo, me va a pegar a mi- dijo con lágrimas en los ojos, la majestuosidad de la rosa de Guadalupe no se comparaba con ninguna otra novela con bajo presupuesto en todo México. Así que el güero de dio la vuelta de nuevo, para ver a su padre borracho, talvez no preguntaría nada extraño esta vez.

-Papi Dio, ¿Me dejas invitar a alguien mañana a la casa?- Usó el mismo truco psicológico con él, sabía que si le hablaba de forma cariñosa, su padre no era tan mala persona. Al menos le funcionaba cuando no quería ir a comprarle chelas al oxxo.

-Pregúntale a tu padre, a mí me da weba responderte- respondió, a lo que Giorno le dio un leve golpe en el brazo, pues ambos compartían la misma sangre, y por eso, la misma pinche violencia de dos burros peleándose y la pendejez del presidente del país.

-¡Pinche escuincle, se te va a secar la mano!- le gritó Dio, dándole un zape en la mera jeta, dejándosela medio roja. Y a continuación, se sacó la chancla amarilla de doña que se había comprado en el tianguis a $10 pesos el par.

Ahí fue cuando Giorno sintió el verdadero terror. Pero con suerte, Jonathan lo jaló del brazo hacia él y lo abrazó para protegerlo de la violencia de su padre borracho.

-Ven aquí Giorno- le susurro. -Tu invita al prieto naco ese a la casa, yo me encargo a llevarlos a todos a comer unos buenos tacos con el Don Pio-

El rubio trató de subir a su habitación, pero cuando trató de levantarse, sintió un fuerte golpe en las meras nalgas. Ahora tendría que vivir con el nuevo tatuaje temporal color rojo y con forma de chancla que le dejó su padre. 

Como Salir Con Un Naco Gay【GioMis】【Shitpost】Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon