3 | MISUNDERSTOOD

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     Jung Kook estaba inmerso en un video, el brillo de la pantalla era la única luz en la habitación, una a oscuras y silenciosa

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     Jung Kook estaba inmerso en un video, el brillo de la pantalla era la única luz en la habitación, una a oscuras y silenciosa. 

    Su tenue sombra, se reflejó dentro de las sábanas que lo arropaban hasta su cabeza. Sudó de los nervios, por el calor de la manta, y sus manos presionaron su teléfono sin poder mover sus dedos del teclado. 

   Llevaba puestos sus auriculares, el volumen era moderado y en lo que prestó suma atención, no le permitía ni pestañear. Jadeó de sorpresa,  cubrió su boca y tragó por la resequedad en su lengua.

    No. Él no veía porno para quien lo pusiera en duda. ¡Esas cosas no se encontraban en YouTube! ¡Puercos!

    El veía videos perturbadores, como historias de terror y mitos urbanos. Un ligero temblor experimentó.

    «Siete historias aterradoras para no dormir»

     No iba a admitir que estaba cagado del miedo. ¡Jamás! Era todo un hombrecito.

     En segundos, pisadas externas capturaron sus oídos, más una silueta desconocida que se plantó enfrente de su puerta, la cual se hallaba con seguro. Nadie podría entrar sin su permiso.

    Se destapó, esperó que la persona llamara por su nombre. Y nunca pasó, ya que siguió con el vano intento de tirar y golpear un par de veces.

   —¿Quien es? —tartamudeó, con el corazón en su garganta—. ¿Quién...

    Un golpe estruendoso, fuerte y rabioso le obligó a rodar por la cama, había tenido la estúpida idea de esconderse en el baño. Tal acción le fue impedida por enrollarse con las sábanas.

   Sus pies se anclaron en el suelo y cayó de bruces, boca abajo. El dolor le hizo gritar, incluso se mordió el labio.

    —¡Agh, mierda!

    La sombra desapareció un instante. El alivio le regresó el color al rostro pero tuvo que apurarse en salir.

    ¿Eran acosadoras? ¿Era un asesino? ¿Un fantasma del pasillo? ¿Jin qué venía a molestarle con videos de: cómo los coreanos probaban comidas extranjeras?

    Iba a echarse a correr de no ser porque, vio a Ji Min sentado a un costado. No podía ni sostenerse por sí mismo.

    —¡Jimin-ssi! ¡Maldita sea! —gritó enfurecido—. ¿Fuiste tú? ¡Dime que fuiste tú! ¡Aish!

    Ji Min sonrió aturdido desde su lugar.

    —Olvidé..., uh, mi llave...  —respondió con las mejillas rojas e hizo una reverencia que lo tiró hacia adelante—. ¡Peeeeeeeerrrrrrrrdón, mi amigo!

   —¿Estás borracho, eh? Muy bien... —ironizó—. ¡Perfecto!

   —Nu, nu, nu. —Negó audaz Ji Min—. La letra es: You makin' me a boooy with luv. Oh my my my, oh my my my.

    —¡Mierda, Jimin-ssi

     Una vez maldecir, lo arrastró, como si su amigo fuera un cadáver. Lo único que hizo fue tirar de sus brazos hacia el interior, la camiseta de su amigo se elevó un poco, lo que generó que se le viera una porción de su abdomen.

   —¿Qué carajo haces, Jung Kook? —habló Nam Joon al irrumpir en la habitación—. ¡¿Qué le haces a Ji Min?! ¡No! ¡No lo hagas!

   —¿Hacer qué?

   —¡Follarlo! —expresó su líder—. ¡No te atrevas, tú, maldito pervertido! Te compraré una muñeca, ¡pero no te aproveches de tu compañero!

   —¡Nam Joon-ah! ¡¿Qué demonios?!

    Había sido una noche de malos entendidos.

PIE DE PÁGINA.

    —El aish, los coreanos suelen usarlo mucho entre insultos y maldiciones.

    —Boy with Luv, es la canción que cantó Ji Min.

ESTO NO ES UN KOOKMIN〔5〕Where stories live. Discover now