Capítulo 35: Asedio

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Y exactamente como sus compañeros caídos su grupo no consiguió avanzar ni retroceder.

El tercer bloque de escudos deshizo su marcha y los oficiales se reunieron.

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Los habitantes de la prisión mantenían una supervisión constante, habían colocado lanzaderas a lo largo de las murallas y junto a cada una había un puñado de arqueros, sin embargo para evitar el desgaste de sus hombres el líder de la prisión había organizado turnos de vigilancia, también había prohibido que el resto subiera a la muralla a menos que no fuera para luchar.

Los días se dividían en tres ciclos, en cada uno el grupo que vigilaba la muralla cambiaba y el resto del tiempo lo pasaban entrenando y descansando, también ayudaban a reabastecer las municiones de roca que hacían traer desde las minas subterráneas.

En los primeros días la tensión había ido creciendo mientras los demonios ponían a prueba sus defensas, pero la inflexible postura del líder y su organización habían evitado que el humor del grupo alfa estallara y que el miedo del grupo omega se mantuviera bajo control.

El líder impartía con el ejemplo, se obligaba a descansar mientras Inasa o Aizawa tomaban el control de la defensa.

Y seguían esperando.

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Después del fracaso con los bloques de escudo siguió un intento de acercamiento lateral utilizando un grupo de soldados agiles que se internó en el bosque con intención de rodear la prisión y lanzar cargas de incienso desde la cara Este.

Sin embargo los salvajes habían talado la línea de árboles de esa zona ampliando el espacio junto a las murallas. Cuando los primeros centinelas intentaron acercarse fueron abatidos sin piedad.

Después intentaron prenderle fuego a las estacas que rodeaban la prisión para abrir el camino hacia entrada, aquellos que se aproximaron con las antorchas cayeron de inmediato bajo las flechas de los salvajes. Tras muchos intentos finalmente uno de ellos consiguió acercarse solo para descubrir que la madera empezaba a despedir un humo asfixiante. No ardía rápido y no era uniforme, el costo por eliminar la mitad del primer semicírculo de estacas fue creciendo hasta que los oficiales desistieron de seguir.

Cuando la catapulta termino de ser construida la utilizaron para lanzar cargas de incienso sobre la muralla, esperaron y cuando no hubo respuesta la primera línea ofensiva se apresuro a internarse en el laberinto de estacas.

Cayeron bajo una lluvia de flechas y rocas y ni uno solo consiguió regresar.

Más y más cargas de incienso volaron sobre la muralla mientras los oficiales organizaban varios ataques simultáneos en distintos puntos de la prisión, dado que solo había una entrada otros trataron de cruzar saltando y otros probaron volver a quemar la línea de estacas. Muchos sucumbieron a la lluvia rocas y el resto se vio obligado a retroceder.

Cuando todo intento de contacto resulto en fracaso los oficiales decidieron seguir enviando cargas de incienso con la esperanza de que eventualmente los salvajes sucumbieran a él.

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El aroma a leche dulce se propago por el patio apenas la primera carga golpeó el suelo. Preparados para ese contratiempo el ejército de la prisión asumió rápidamente una actitud defensiva.

El aroma de su líder se había convertido en una constante en la vida de todos, ya no era necesario que lo concentrara a su máxima expresión para recibir una respuesta. Su líder había tomado la precaución de mantenerlo a un nivel constante y eso permitía que el grupo omega respondiera a él sin pensar.

Bouquet de Flores [BKDK & KRKM]Where stories live. Discover now