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Protegerte

¿Por qué esto me ocurre a mi? ¿Por que la vida me odia tanto?

Si Jean se hubiera atrevido a hablarme creo que esto no hubiera pasado. No se que me paso, no se que pasa con todo lo que hago.

Yo no elijo a quien amar, mi corazón si lo hace.

Andaba por la calle cincuenta y ocho, ahí se encontraban muchas tiendas de dulces, televisiones, seguros de vida pero había una que llamaba mi atención entre tantas, Un regalo para dos un nombre muy peculiar.

Entre, en los estantes habían cuadros, nunca había entrado a una tienda como esta, no llamaba mi atención, antes.

Mire y me escabullo ente los pasillos de aquella pequeña tienda, cada pasillo tenía cosas diferentes. El primero tenía joyas de todo tipo para dos (como corazones partidos partidos mitad,haciendo dos collares), en el segundo, peluches de todas formas y tamaños y en el tercer y último pasillo habían libros, diarios, como le quieran llamar, que venían en paquetes donde habían dos. Miré los libros bien y eran iguales a el que tenía Jean.

Salí de esa tienda y seguí caminando. Las calles estaban abarrotadas de personas, madres, amantes, esposos, niños, abuelitos y hasta alguno que otro animal sin hogar rebuscando entre la basura.

Me senté en una banca cerca de la tienda de televisores, podía ver a un repartidor de volantes de algún producto tratando de entregar aunque sea uno a las personas pero ellas lo rechazaban, me acuerdo que trabaje en eso y era horrible tratando de hacer tu trabajo y las personas no le importe.

Seguí mirando y vi a una mujer hablando por su teléfono y llorando y diciendo Tu eres lo único que quiero en mi vida, tal vez no eres perfecto y no me debiste mentir pero yo te quiero pesar de todo.

Vi a un chico caminando en su dirección con su teléfono y con los ojos llorosos ella lo miro, vi el brillo en sus ojos, fue corriendo hasta el y lo abrazo.

Que me querrá decir la vida, ¿que debo correr hasta el, perdonarlo y olvidar todo?

Pues no espere respuesta y corrí hasta la cafetería. Llegue y lo vi allí, tenía los ojos llorosos. Se paro, me imagino que fue para pagar la cuenta de los dos cafés que habíamos tomado.

Corrí hacia donde estaba el, y lo abrace por la espalda, el se sobre salto.

-Lex...-Dijo con los ojos rojos, me correspondió el abrazo.

-Jean, soy una idiota en dejarte solo, tu también sufres igual o mas que yo.-Mientras hablaba mas intenso era el abrazo.

Me miro con una sonrisa y compasión.

-Te amo, prométeme que nunca me vas a dejar, nunca jamás.-Agarro mis manos.

-Lo prometo.-Junte nuestras frentes.

Mientras nos mirábamos mis ojos bajaron hasta sus labios y los bese como nunca jamás lo había hecho, fue uno de esos besos que nunca podrás olvidar porque fue con la persona que mas amas en la vida.

Una pareja empezó a aplaudir, era la misma pareja que vi cerca de la tienda de televisores. Los dos nos miraban con una sonrisa alentadora.

¿Coincidencia?, no lo creo

-¿Por que volviste?

-Hacia mi trabajo.-Dije sonriéndole.

-¿Cual es tu trabajo?-Dijo levantado la ceja.

-Protegerte.

-Te quiero.

-Yo mas Jean, yo mas.-Dije casi en un susurro.

Mi vida en soledad [Editando]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin