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Me Lastimaste

Me levanté hoy muy temprano porque el olor de comida invadió mi nariz. Fue a la cocina de mi cuarto y encontré una escena muy graciasa, Amanda le estaba enseñando a cocinar a Cameron. El tenía harina hasta en donde ni se imaginan y Amanda le estaba dando con una espátula por la cabeza, enserio eso era muy gracioso.

-¿Que hacen?-Les dije a los dos y dieron un salto.

-MUJER POR POCO ME MATAS.-Dijo Cameron en un grito y poniéndose la mano en el corazón.

-Perdón.-Dije riendo.

-Le estoy enseñando a Cameron a cocinar.-Dijo Am.

-Esto es un caso imposible, rindete o metele un sartenazo.-Dije señalando a los sartenes.

-Bueno aquí está el desayuno.-Dijo Cameron.

Conciencia:
«Lex, estas segura que no nos vamos a morir con lo que hizo este idiota, mejor no te lo comas.»

Cameron pone el plato alfrente de mi con unos hermosos panqueques con chispas de chocolate y un poco de crema batida encima.

Conciencia:
«Ulala... Este tío si que tiene estiló.»

-Lexi, Lexi, hey Lexi.-Dice Cameron moviéndome.

-Perdón, perdón es que me distraje.-Mire el hermoso desayuno y me eche un bocado en la boca, esta realmente delicioso, se podía sentir el sabor dulce de el chocolate y la suave crema.-¡Esto está realmente RICO!-Le dije a él.

-Vistes, no estas muerta o en el baño por comer mi comida.-Hasta ahora. Pensé

-Lex, no crees que debes darle una oportunidad a...-Dijo Cameron y yo lo interrumpí.

-¡Never in a million year!-Dije en inglés "nunca en un millón de años"

-Pero es verdad lo que dice Cameron debes perdonarlo el cometió un error, como todos.

-Ya mi decisión esta tomada, Jean Laureence nunca va hacer perdonado, NUNCA.-Y salí del cuarto.

Camine por los alrededores del instituto y de una forma no identificada me encontré en las gradas del estadio de fútbol Americano. Todo estaba silencioso como si alguien hubiera muerto. Sentí pasos detrás de mi.

-Lex-escuche esa voz-Sabes que no puedes estar toda la vida escondiendo o simplemente esquivando mis palabras.

Aparté la mirada, la fije en una casa, mi casa.

-¿Que miras?-Preguntó el.

-Mi casa.-Dije un tono melancólico.

Esa casa donde había dado mis primeros pasos, donde conocía la felicidad, pero más la tristeza, esa casa donde tenía un padre.

-Lex-Me dijo moviendo mi mentón para que lo mirara.-escúchame, por favor.

Suspire no puedo hacer más nada.

-Habla.-Le dije.

-Ok... Fui un idiota, estúpido, cabrón y todo lo que puedas imaginarte pero entiéndeme nunca te quise lastimar.-Dijo agarrando mi mano.

-Pues todo eso no lo pensantes cuando me lastimastes y mentiste.

-Ya... Ya lo sé y quiero comenzar de nuevo pasar la página.

-Jean, no lo entiendes, no puedes pasar la página si no haz olvidado el capítulo anterior.

-¿Qué quieres decir con eso?-Pregunto.

-Que todavía estoy lastimada y que de la noche a la mañana no se olvida lo que hiciste.-

-Ya lo se.-Suspiro.

-Jean.-Dije para tener su atención.

-Si.

-¿Por qué te quedaste en el hospital?

-Porque me di cuenta que no eras cualquier chica, si no aquella que lastime y por eso me quede.

-Entonces me tienes lástima, porque eso es lo que me tienes lastima.-Dije molesta.

-No, no nunca te tendría lástima, bueno si al principio pero sólo al principio. Cuando te vi en aquella cama, pálida y con esos preciosos ojos ocultos pensé ¿Jean porque fuistes tan Idota ah?, ella te quiere y tu juegas con ella, desde ahora la vas a cuidar y si la lástimas te mato, y no es literal te mato.-Dijo el. Reí.

-Enserio.-Dijo y añadió-Nunca más te voy a lastimar.-Dijo y se acercó a mi y depósito un beso en mi frente.-Dicen que los besos en la frente no son para cualquiera.-Dijo el dándome una sonrisa arrogante y a la vez dulce.

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¿Lo perdono?... Jum...

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