Capítulo 27

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Al día siguiente Frigga no durmió durante toda la noche, vigilaba cada instante a Loki por si se despertaba o volviera a perder el control de su magia. Frigga reviso si el pequeño ser que crecía en el vientre de Loki se encontraba bien y si que lo está, llegó a conclusión de que el pequeño o pequeña se estaba defendiendo de Helblindi y Farbauti por la tensión que comenzaba a tener Loki.

El pelinegro abrió sus ojos mirando a su alrededor reconoció de inmediato que no estaba en su habitación sino uno de huéspedes, vio que Frigga está durmiendo profundamente recargada en silla cómoda murmurando algunas palabras sin sentido. Se levantó con cuidado, se estiró un poco y luego se dirigió al baño para que después se diera una ducha no tardó unos minutos en bañarse ni en cambiarse poniéndose la ropa del día anterior aunque estaba un poco sucia, por lo tanto decidió irse de ahí dejando descansa a la Asgardiana.

Llegando a su habitación va por su maleta sacando toda la ropa escogiendo que prenda ponerse, después de haberla escogido con un movimiento de magia guardo todo en los cajones de un mueble de color negro. Por un momento se vio en un espejo que está en la esquina, odiaba ver su forma jötun, enseñando esa piel azulada con marcas de la realeza esos ojos que daba miedo a cualquier persona que lo viera; de un cajón sacó unas tijeras para cortarse el cabello hasta los hombros y con unas simples palabras conjuro un hechizo transformándose en la persona que era en Asgard.

A decir verdad a Loki le gusta verse de esa manera con esos ojos esmeraldas, la piel blanca como la nieve que caía en ese mundo, sus labios se veían perfectos que a cualquiera le gustaría probar esos labios.

Pasaron rápido las semanas que se convirtieron en casi tres meses, poco a poco se podía notar su crecimiento de su abdomen Loki se veía feliz por la vida que está creciendo, pero  la que más estaba feliz era Frigga que no paraba de hacerle revisiones todos los días y Byleistr no dejaba de hablar como un tonto al estómago de su hermano cada vez que se veían por los pasillos.

Ya al quinto mes se veía bastante su abdomen y para Loki sus hormonas estaban alborotadas, tenía cada antojo de cada comida extraña que pedía ya sea de Jotunheim, Asgard e incluso de Midgard también se enojaba por cualquier cosa que decían las personas sobre de cómo tragaba o que ya subió de peso. Sin embargo, por las noches se la pasaba llorando por cierta persona que no ha llegado donde está sin da una señal de vida, regularmente se despertaba por las dos o tres de la madrugada en busca de una compañía para dormir a su lado la mayoría de las veces iba con Frigga para que le contara una historia sobre los grandes guerreros de Asgard.

Un día Loki se encontraba en la biblioteca leyendo sobre los embarazos de los jötun's y lo arriesgado que podría ser sino se trataban a tiempo, dejo el libro sobre sus piernas y miro por la gran ventana, no era como el jardín que siempre veía con esas rosas creciendo, el pasto lleno de vida escuchando los cantos de los pájaros pero ahí en jotunheim no había nada de eso. Inicio acariciar su abdomen susurrando unas cuantas palabras que solo él sentía que su bebé lo escuchaba y si que lo oía ya que en ese momento sintió una patada, Loki sintió las lágrimas salir limpiandose inmediato, odiaba estar sensible por cualquier cosa.

Saliendo de ahí se le vino un recuerdo del cofre de los antiguos inviernos, era ahora de utilizarlo en contra de las personas que le hicieron daño pero necesitaba un plan y una persona de confianza, se le ocurrió el nombre de esa persona pero no estaba seguro si confiarle una cosa tan valiosa para los Gigantes de Hielo. De todos modos no tenía a nadie en quien tenerle la suficiente confianza y la única persona era Sigyn, ella lo guardaría bien y lo ayudaría en cualquier cosa, seguiría el plan a la perfección.

Se fue por los pasillos largos para llegar al lugar donde se reunían las sirvientas en una habitación exclusivamente para ellas. Toco la puerta y una gigante de hielo la abrió.

—¿Se le ofrece algo, su alteza?— preguntó mirando lo pequeño que es

—Necesito a Sigyn , por favor—contedto con firmeza. Sigyn salió mirando a su amigo, porque lo considera como uno.

—¿Sucede algo?—pregunto

—Necesito contarte de algo.

Ambas personas se fueron a un lugar que solo la mujer conocía y para llegar ahí tuvieron que salir del palacio pasando por el pueblo y por el bosque que se encontraba lleno de nieve blanca. Es una cabaña pequeña que se ocultaba entre los pinos, ya cuando estan adentro Sigyn encendió la chimenea dándole calor a la casa; Loki se sento en un sillón cómodo con unos cojines de algodón, el ambiente se sentía bien muy relajante, un silencio bastante cómodo.

—Entonces ¿De qué quieres hablar?— dice sentándose en una silla de madera.

—Robe el cofre— contesto yendo directamente al grano de la conversación. —y al parecer el rey no se ha dado cuenta

—¿Hablas del cofre de los antiguos inviernos?

—Si— responde ante la pregunta— quiero que lo tengas tú. Donde nadie lo vea y sepa que yo lo tengo

—Loki ¿Que piensas hacer?— preguntó

—Preguntas demasiado Sigyn.— dice con una mueca de molestia

—Solo estoy preocupada— responde con un tono de enfado

—Lo ocuparé en contra de Farbauti, Helblindi y en especial a Thor.

—¿Y cuando será?

—Será en un mes antes de que nazca Fenrir.

—¿Fenrir?— contesta con duda averiguando de quién está hablando.

—Es un niño— en su rostro se nota una sonrisa— mi pequeño bebé se llamara Fenrir

—Un lindo nombre.

Después de esa conversación Loki con un movimiento de su mano hizo aparecer el cofre entregándole a Sigyn con cuidado el artefacto, él le daría una señal cuándo sería el momento exacto, mandaría un mensaje al rey de Asgard de que su heredero ya nacería y como Thor es una persona algo estúpida para caer en la trampa estaría en menos de diez minutos en el mundo de jotunheim esperando a ver su hijo.

Sólo míoWhere stories live. Discover now