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No tardaría en llegar la mañana, y en cuanto eso sucedió todos mis deseos de que todo fuera un sueño se disiparon.

Y ese era el día.

Probablemente el más importante de mi vida, al menos uno de los más importantes. Me jugaba muchas cosas, aunque no sabía a ciencia cierta todas.

Podría ser un desastre o el plan más exitoso del mundo. La mala noticia es que no había término medio, lo cual me daba demasiado miedo.

Miedo era la palabra constante que se me venía a la cabeza cuando recordaba el crimen que cada vez estaba más cerca de cometer, y ahora quedaban menos de 24 horas.

No vi ni a Wyatt, ni a Finn, ni a Chosen. Estarían preparando todo, como dijeron ayer. Tan sólo vi a Jack y ni siquiera nos dijimos nada. Cruzamos un par de miradas y nada más. No queríamos levantar sospechas, aunque probablemente las estemos levantando el doble con nuestro repentino alejamiento.

Pasé mis últimas horas libres sola. Desayuné, comí y cené sin nadie más que mi soledad y, por supuesto, mis constantes ideas negativas.

Todo tenía muy mal aspecto, desde el primer momento lo tuvo y ahora era aún peor.

- ____... -oí acercarse a alguien susurrando mi nombre.

Giré mi cabeza hacia esa persona. La sorpresa llegó cuando vi quién era. Lo último que me apetecía era verle a él.

- ¿Qué quieres Jaeden? Creí que las cosas habían quedado claras -respondí cortante.

Tan sólo quería acabar esa conversación, irme lejos y jamás volver a saber ni de Wyatt, ni de Finn, ni de Chosen, ni de Jack, ni de Noah, ni de Jaeden, ni de Sophia. ¿Sophia?

Ahora que lo pensaba la noche pasada no había ido a nuestra celda, la que por razones obvias compartíamos.

- Puede que no te importe, pero quizás te hayas dado cuenta de que Sophia no está... Bueno, quería informarte de que la han soltado.

- ¿Qué? -parpadeé un par de veces- Es decir, yo...

Comencé a sentir un malestar horrible. No volvería a verla, eso seguro, lo cual significaba que jamás sabría la verdad de todo, y que la que consideré y sigo considerando mi única amiga aquí se ha ido. Y por mi culpa enfadada.

- No tienes que fingir, te importa una mierda... -dijo mirándome mal- Sólo quería que supieras que tienes nueva compañera.

- No... Sí me importa... Tú... ¡Joder, no lo entiendes! -dije resoplando.

- Entiendo que eres una mala persona, no hagas ahora como si te importara. Di las cosas honestamente y no como tus nuevos amiguitos, algún día sabrás todo lo que hicieron.

- Es que sé lo que hicieron -las manos empezaron a temblarme-, sé lo que le hicieron.

Me estaba llenando de barro hasta el cuello. Desde que llegué aquí no dejé de cagarla, pero nadie puede entenderlo, porque tendría que explicarlo todo y para eso debería desvelar el secreto, el asesinato.

- Algún día entenderás todo, y si no lo haces mejor. Será una buena señal para mí -dije.

Me levanté del suelo donde estaba sentada y me dirigí a mi celda. Miré unos segundos la cama de Sophia con ojos llorosos y me tumbé en la mía. Después mis ojos se desviaron hacia el enorme reloj de la pared del pasillo principal.

Quedaban diez minutos y todo se pondría en marcha.

Diez putos minutos.

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𝓒𝓸𝓷𝓭𝓮𝓷𝓪 ; 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓖𝓻𝓪𝔃𝓮𝓻 Where stories live. Discover now