Apéritif

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Acto I: Apéritif.
Parte 3: De la selección Natural



Cuando Hannibal llegó a Prived Drive la mañana siguiente, con el prefecto traje de una persona preocupada, lo recibieron un montón de policías y patrullas, los vecinos salían de sus casas mirando con horror como un Harry sin camisa, totalmente golpeado era atendido por unos paramédicos en la parte trasera de una ambulancia. Se acercó corriendo al chico antes de abrazarlo con fuerza.

—¡Harry! ¿Que pasó?— Hannibal se veía sumamente preocupado acariciba su rostro con ternura; para todos era una escena sumamente tierna dentro de todo el horror que conformaba la escena.

—Sr. Lecter... mis tíos, mis tíos— Harry comenzó a temblar y rápidamente comenzó a ser atendido por el paramédico.

—Apliquen dos miligramos de midazolam, entró en shock y necesita ser sedado— comenzó el psiquiatra, sacando una pequeña linterna de su bolsillo interior y revisando sus pupilas y signos vitales, Harry comenzaba a sudar frío. El paramédico lo miró interrogante. —Soy médico y psiquiatra— dijo con obviedad, el joven hombre rápido acató las ordenes del mayor y un policía se acercó.

—¿Usted es el Sr. Lecter?— el rubio rápidamente se giró al oficial a cargo, era un hombre grande y con una cara seria pero con una mirada demasiado emocional para der un agente de la ley.

—Lo soy ¿Qué pasó? ¿Por qué Harry está así? Me llamaron en la mañana sin decirme nada y estoy realmente preocupado— justo en ese momento tres camillas con cuerpos salieron del interior, teatralmente Hannibal se llevó las manos a la boca.

—Asesinaron a todos los miembros de la familia Dursley, fue un asesinato tipo ritual, creemos que fue el mismo asesino que mató a los Dedds— el psiquiatra permanecía en silencio.

—¡Harry! ¿Cómo es que pudo sobrevivir?— el policía desvió la mirada.

—Lo encontramos encerrado en una de las habitaciones; tuvimos que derribar la puerta para entrar, estaba casi inconciente, golpeado y magullado— El psiquiatra cerró los ojos fingiendo dolor.

—Yo, sabía que no lo querían, pero jamás pensé que lo maltrataban de ésta manera, yo... desde hace días que vengo intentando convencerlos de que me den su custodia; soy pariente lejano de la madre Harry, y aunque éramos lejanos compartíamos mucho ya que fuimos al mismo internado— mintió el psiquiatra, el oficial comenzaba a convencerse de la historia. —Creí que si no quería estar con sus tíos podría venir conmigo, tengo muchos recuerdos de su madre. Pero el Sr. Vernon era muy grosero y aunque Petunia era fría, no hacía nada para detener al hombre. Si sabía que le hacían daño no lo hubiese dejado un día más en esa casa— una lágrima traicionera cayó por la mejilla del hombre, el policía se conmovió y le dio un suave apretón en el hombro, hasta que otro policía interrumpió.

—Señor, encontramos algo en la alacena debajo de las escaleras— tanto el oficial a cargo como Hannibal entraron a la casa. El psiquiatra se maravilló ante el gran espectáculo que el chico montó en la casa luego de que se fuera, y sonrió internamente cuando vio a los policías totalmente consternados.

—Es... como si alguien hubiese vivido aquí mucho tiempo— murmuró con voz rota el policía más joven, él se acercó y rápidamente vio el nombre de su hijo escrito con un crayón en la parte inferior de la puerta.

—Harry— susurró tembloroso cayendo de rodillas, sus delgados dedos delineaban el nombre del chico y quizás la tristeza que intentaba demostrar no era tan fingida del todo.

El oficial intentó consolarlo, pero simplemente Hannibal no respondía; maldición, quería volver a matar al asqueroso de Vernon Dursley. Con dificultad se levantó.

MetamorfosisWhere stories live. Discover now