Una chica que se desvive por el fútbol americano
Extraño, ¿Verdad?
Pues Bienvenidos a la vida de Melanie Dawson.
Una familia con dos hermosos hijos que han dedicado su vida al fútbol americano.
Melanie, una chica soñadora y alegre, se ha criado en...
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Unos pasos suenan en mi habitación, miro a mi derecha y puedo ver a mi mujer plácidamente dormida, con los labios ligeramente abiertos y las pestañas rozando sus mejillas.
Noto como tiran de mis sabanas y me giro para encontrarme con Cami, mi pequeña y hermosa princesa, castaña de cabello con unos ojos color miel como los míos. Nada que ver con su hermano Liam, dos años mayor que ella, pelo negro y ojos verdes claros. La pequeña me mira y no dudo en subirla a la cama a mi lado.
— ¿Una pesadilla?
— Chi...
Dejo un beso en su frente y la acuesto entre Mel y yo. Mi pequeña se gira quedando frente a su madre y se queda dormida acariciando su pelo. Yo me limito en ver a mis dos chicas favoritas dormir y así es como caigo en brazos de Morfeo.
(...)
— ¡Papá, despierta!— Entreabro los ojos y veo a mi hijo Liam vestido con su equipación. MIERDA.
— Dios, ¿has desayunado?— Digo apresurado mientras cojo una camisa del armario.
— Si, mamá me ha preparado el desayuno antes de irse a trabajar. Se ha llevado a Camille con ella.
— Vale, ve cogiendo las llaves, estaré listo en dos minutos.
Me visto en tiempo récord y salgo al jardín donde mi hijo se encuentra ya dentro del coche.
Conduzco a una velocidad considerable dentro de lo permitido y llegamos al estadio bien de tiempo. Dejo a mi hijo en la entrada de los vestuarios y me acerco a mi suegro.
— Buenos días hijo.— El padre de Mel palmea mi espalda y me entrega la gorra del equipo.
— Buenos días, señor.
(...)
— ¡Otra promesa del deporte en la familia!— Liam se eleva en los aires gracias a los brazos de su abuelo y suelta grandes carcajadas.
— Papá, cuidado con Liam.
Y ahí está la mujer de mi vida, sosteniendo a Cami en sus brazos y vestida con su ropa de oficina que tanto me gusta.
Me acerco a ella y dejo un casto beso en sus labios.
— ¿Ya ha terminado tu jornada?
— Si, hoy no había mucho trabajo que hacer.
— Me alegro...— Digo con picardía y ella me guiña un ojo.
— ¡Mami! Hemos ganado, he marcado dos Touchdowns.— Liam se posiciona a mi lado y le habla a su madre con ojos centelleantes.
Lo cojo en mis brazos y lo siento en mis hombros haciéndole reír tanto a él como a mi esposa que intenta ocultarlo.
— Estás hecho todo un campeón como tú padre, cariño.
