CAPITULO 44

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- Ten es un poco de café – sonríe Azael entregándomelo

- Gracias – digo cogiendo la taza

- No puedo creer que con 5 margaritas Estes un 50% ebria – dice sentándose alado mío.

- ¡Hey! detente no soy las personas que veo como tú o te lo recuerdo – ruedo los ojos – puedes poner algo de música, si te soy sincera en casa ajena no me gusta estar en silencio. Azael asiente y camina hacia un reproductor, coloca su celular la música de cristina de Sebastián yatra suena, frunció el ceño enserio es lo que estoy escuchando.

- No puedo creer enserio tienes esa canción – me carcajeo.

- Es agradable – se encoje de hombros

- ¿agradable? – Rio más fuerte comienzo cantarla junto a Azael - Sé que es muy pronto para estas palabras, pero las tiré, Como tu mano y mi mano en la noche no sienten frío.
Sin ti las horas se pasan, pero con días vacíos
Como en Marbella las olas, tú estabas bella y a solas
Y yo te extraño y te extraño, pero te llamo y lo olvido
Como te quiero y te quiero, pero este amor ya no es mío, Sé que tu boca y mi boca cuando se juntan hay lío
Cómo quisiera quedarme, pero ahora no estás conmigo.
Siempre la vida se pasa, pero no pasa contigo – terminamos mirándonos a los ojos, mientras la canción sigue de fondo.

- No sabes las ganas que tenia de hacer esto – lo miro confundido, agarra mi cintura y me besa, me quedo estática sin saber qué hacer, Poco a poco sin que mi cuerpo le haga caso a mi cerebro mi boca corresponde el beso, pero como todo no es de color rosa. Abren la puerta haciéndonos sobresaltar separarnos Andriel se encuentra en la puerta.

- Qué vergüenza – susurro más para mí que para los presente, arreglo un poco mi aspecto, Andriel nos queda mirando en silencio.

Azael le pregunta - podrías la próxima vez tocar, puede ser que se esté vistiendo mi esposa y tu entras así de la nada.

- Lo lamento - dice sarcástico – tu madre piensa que soy su sirviente, la cena está servida no demoren.

- Iremos pronto no te preocupes podría cerrar la puerta - responde, Andriel antes de cerrar la puerta nos vuelve a observar – ¿algo más padre que se te ofrezca? – no le responde, cierra la puerta.

- Habla de educación y el primero que irrespeta las reglas y la privacidad de uno, es el ahora entiendes Porque no quería venir, nos trata como que fuéramos sus peones, niños chiquitos que todos le tenemos que hacer caso, Pero no es así yo ya tengo edad suficiente para hacer lo que me da la puta gana.

- Tranquilízate Azael – coloco mis manos sobre su hombro

- Es lo que hace todo para incomodarnos, Ahora nos abre la puerta sin tocar, que hará mañana o en la cena con que ridiculez saldrá.

- Tú sabes que no le haremos caso – hablo – así que respira

- -estoy tranquilo- suspira - daño todo el momento – sonríe

- Bueno, podría decirse que si - me río contagiándolo

- Me gustas en verdad Janine – me mira atentamente – no sé qué has hecho con el frio Azael.

- Yo creo que siento lo mismo, pero esto es una farsa y lo sabes muy bien así que enfoquémonos en eso es lo que hay que hacer sí, y si en el futuro pasa algo más profundo pues que pase pero tenemos que tener en cuenta que esto es en verdad una mentira y que a veces las mentiras tienen patas cortas.

- Claro - aclara su voz- ¿Vamos a cenar? – cambia de tema

- Si no tengo problema, podrías adelantarte necesito ir al baño.

- Te espero por las escaleras – dice colocándose las manos en sus bolsillos antes de salir, suspiro trato de respirar me faltaba el aire, Dios que ¿fue eso?. Entro al baño y mojo un poco mi rostro arreglo mi aspecto tratando de preparándome mentalmente, esto cambia todo.

Apagó las luces de la habitación y salgo camino lo más lento que pueda lo más despacio mis piernas comienza a temblar del miedo, la falta de confianza y sobre todo el papel que tengo que desarrollar, mi corazón da puntadas, bajo las escaleras viendo a Azael recostado con su celular, escucha al parecer mis pasos alzando su mirada apaga su celular metiéndolo en su bolsillo y me extiende la mano, ahora no tan segura que antes, sé que debo agarrarla entramos al gran comedor rustico, con una aurora sonriente Azael abre mi asiento, cosa que agradezco y me siento. Sobre la fiesta de fin de año de mañana y todo los preparativos, solo para decirles que tengo que ir obligatoria mente día de chicas, cosa que me quejo literal no me gustan las compras por eso mi querido futuro esposo se apiado de mí, e hizo mi maleta de ropa apropiada para este lugar.

- Estás de acuerdo cariño – dice aurora, cosa que no puedo negarme aquella señora de edad avanzada con linda sonrisa.

- Claro, no tengo problema – me enojo de hombros, sonriéndoles 

- Menos de 12 horas que hemos llegado y se quieren robar a mi prometida

- Deja el drama hermanito – reímos – seremos chica – suena el timbre – ese debe ser

Miro confundida a Azael, este me susurra a mi oído – el arroz con pollo – niego sonriendo, se a quien se refiere – besa mi oído dejándome en shock

- Busquen un motel – dice mariana haciendo reír a los chicos,yo muriéndose de la vergüenza.  

- ¡Mariana! – sale alterada la señora raizad, mientras que todos ríen, menos el señor Andriel.

- Disculpen la tardanza – dice la persona que jamás pensé volver a ver de la familia de mi ex esposo.

- Cielo, te presentare a la prometida de mi hermano se llama jani.... – la interrumpe

- April – empalidezco – ¡esto es imposible! – habla el hermano de Víctor, toda la mesa se queda en silencio.

Qué suerte....

Forzó una sonrisa – ¿disculpa? ¿Te conozco? 

SálvameWhere stories live. Discover now