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Lo había conseguido, había logrado llegar hasta los dormitorios. Se acercó hasta la puerta y con un poco de esfuerzo logró abrirla, entró y la cerró detrás de él soltando un suspiro.

Ahora tenía que tener cuidado con sus compañeros, aunque tarde o temprano lo verían.

Caminó hasta la sala para atravesar esta y llegar a el elevador, y una vez estuvo frente a este observó los botones mientras se paraba de puntitas para intentar alcanzarlos.

—¡¿T-Todoroki-kun?!

Aquel grito logró hacer que sus orejas felinas se pegaran a su cabello mientras volteaba para ver a aquel peliverde que se encontraba sobre su sofá, vaya coincidencia.

Se apartó de aquellas puertas metálicas y corrió hasta donde el pecoso se encontraba, teniendo algunos tropezones por culpa de su ropa.

—¡Midoriya!

Exclamó una vez estuvo frente a él, colocó sus pequeñas manos sobre las rodilla del peliverde y se inclinó levemente hacia adelante.

—Tienes que ayudarme

Agregó el de ojos heterocromáticos, aquel peliverde era su única opción, pues no podía ir con Kaminari, por ejemplo, y pedirle ayuda a ese idiota, además le tenía más confianza a Izuku.

El ojiesmeralda se mantenía viendo con total sorpresa a aquel niño, no cualquier día te encontrabas a tu crush, si se le puede llamar de esa forma, así.

El de cabello de dos colores soltó un pequeño suspiro antes comenzar a explicar su encuentro con aquellas fans. El pecoso lo pensó por un par de segundos y asintió con levedad.

—Bueno, Todoroki-kun, primero necesitamos buscar ropa que no te quede tan grande

Habló el peliverde para seguidamente tomar en brazos a el más pequeño cuidando de no desacomodar las enormes prendas que tenía.

¿¡Shōto!? Where stories live. Discover now