Capítulo IX

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Bulma yacía arrodillada en el suelo con su amiga a cuestas. Ésta se había desmayado tras recibir la sorprendente noticia de que vería nuevamente a Goku.

―Milk... Milk... reacciona... ―susurraba la joven azulada a su amiga. ―Demonios, reacciona. Si tu padre te ve así ya no te dejará venir conmigo. ―agregó la azulada dejándola acostada sobre la alfombra que equipaba la habitación. Fue al baño por un poco de agua, volvió hacia su amiga y le arrojó un poco en el rostro haciendo que ésta reaccionara de inmediato.

―¿Qué paso? ―preguntó Milk limpiando su rostro.

―Te desmayaste mini. ―explicó algo intranquila la peliazul.

―Bulma... ¿Voy a ver a Goku?

―(Risas) Vaya, no lo has olvidado. Y si, así que tú, mi adorada amiga del alma. Vamos a preparar tus maletas que hay un vuelo pendiente esperando por nosotras.

―¿Qué ha dicho mi padre? ―preguntó ansiosa la pelinegra.

―Ha dicho que sí. Está preocupado por ti y quiere verte feliz. ―comentó Bulma mientras buscaba ropa decente en el closet de su amiga para que llevara a su viaje. ―Mini, ¿Todavía tienes estas prendas de cuando tenías quinceaños? Te pasas. Apenas lleguemos a Los Ángeles iremos de shopping por moda americana y arreglaremos nuestro look. Aunque yo no tengo mucho que hacer en mi cabello, esta corto hasta el cuello y quizás pida que me corten el flequill. Y tú llevaras ese cabello más suelto. Quiero que Vegeta me vea más adulta, para que no parezcamos tan adolescentes. ―expresó la joven de cabellos azules.

―Bulma, yo solo tengo mis ahorros, no creo poder ir de compras. Además; debemos pagar de nuevo hotel y eso acarrea gastos. ―opinaba la dulce Milk.

―Ya deja de decir esas cosas. Tú eres como mi hermana y tus gastos también van por mi cuenta, deja de preocuparte tanto y vive el momento. ―bufó seriamente la peliazul.

―Rayos, eres tan testaruda, te prometo que te pagaré hasta el último centavo. ―agregó la pelinegra sentada en su cama mientras veía a su amiga seleccionar prendas.

―Creo haber escuchado el sonido de una mosca, no entendí que dijo, pero bueno. ―bromeaba fingiendo no haber escuchado lo último que su amiga había mencionado.

Milk solo negaba con la cabeza, pues, sabía que Bulma a pesar de ser su amiga no le importaba en lo más mínimo ayudarla en todo momento. Era una joven de familia adinerada, al igual que su padre tenía un puesto importante en la corporación capsula. Ella sería la heredera de todo, pero su personalidad iba más allá de un montón de dinero. Poseia carisma, humildad y era muy lista, y sin duda alguna la mejor amiga que le pudo haber dado la vida.

La noche anterior al viaje, Bulma estaba acostada en su cama y veía hacia el techo de su habitación, ahí se encontraba estampado un enorme afiche en el que posaba su integrante favorito de Sun Dragon, Vegeta.

―Qué mirada, mi príncipe.  Y pensar que estoy a días de estar a tu lado, de reencontrarnos. Espero poder conocerte mejor, sé que conozco todo de ti pero quiero conocerte mucho más en persona. ¡Mira cómo me tienes! ―alzaba sus manos en dirección al techo ―Estoy temblando de solo imaginarte. Ese día que estuvimos tan cerca fue tan maravilloso, te juro que quería robarte un beso pero algo me detuvo, si, tu odioso manager. ¿Será que el número que dejaste con mi asistente es tuyo? ―se preguntó viendo el móvil. Marcó y esperó mientras repicaba. De pronto, una voz respondió al otro lado.

―¿Si? ―constestaron. Y estaba segura que era él pero estaba tan nerviosa que no podía responder. ―¿Quién es? ―preguntó la voz del cantante muy serena, como si supiera de quien se trataba.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora