C A P Í T U L O: 19

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Especial parte 4: Antes de los votos, vienen los secretos.









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Ninguno de los dos estaba listo, de eso no había duda alguna, pero vamos, quien está listo para tomar una decisión tan importante, exacto... Nadie jamás está listo para afrontar las cosas. Mucho menos dos jóvenes que apenas y se conocían de unos meses, era una decisión apresurada, pero había una razón por la cual lo hacían, la primera: era porque TaeHyung no seguiría el juego de sus padres, la segunda: era que buscaban a JungKook, y la tercera: ellos se necesitaban mutuamente. Y la cuarta: se querían.

Es por eso, que a un día de cometer la más grande locura de sus vidas por parte de ambos, habían decidido hablar, o charlar, ya que no lo pudieron hacer antes. La ahora mamá de JungKook les había pedido que practicarán sus votos, esa tarde antes de anochecer los chicos se llevarian a TaeHyung a su despedida de soltero y JungKook se quedaría a tener una pequeña cena con sus padres adoptivos y YoonGi, decidieron prácticar aquellas palabras que se dirían el uno al otro en el altar, pero les estaba costando un poco.

TaeHyung no dejaba hablar a JungKook porque no paraba de hacerle raras caras que provocaban que el menor riera, y JungKook no paraba de darle besos en las mejillas de TaeHyung cada que podía. Desde la ventana de la cocina todos sus amigos los observaban, incluso sus padres que parecían orgullosos de verlos tan felices juntos.— Hyung para, nos estaba viendo. —pidio el menor con las mejillas sonrojadas. TaeHyung era muy necio algunas veces como ahora.— Tae~ —le dio un leve golpecito en el hombro para que lo soltara y dejará de morderle el cuello.— Pareces un animal marcando territorio. —bromeo causando que TaeHyung le mordiera más duro causando que se estremeciera.— Kim TaeHyung sueltame. —susurro con pena, podía sentir el firme agarre en su cintura y las lamidas y mordidas en su cuello.

—Mi amor, es que hueles tan rico que me dan ganas de comerte. —menciono sujetandole rudamente, levantándolo un poco del suelo. JungKook dio un pequeño grito del susto porque no le gustaba que TaeHyung hiciera eso.

—B-Bajame me da miedo. —pidio asustadizo. TaeHyung deposito un beso en la frente del menor para después bajarlo y tomar su mano.

—Quiero que me acompañes a un lugar, cariño. —mostro su más bonita sonrisa, JungKook asintió con timidez cómo era su costumbre para después salir de la residencia Min, esa casa era enorme que incluso se había perdido un par de veces buscando solamente la sala.

—¿A donde vamos Tae?. —se aferró al brazo del mayor caminando lado a lado.— ¿Es un lugar muy bonito?.

—No, no lo es. —respondio.— Que no te dé miedo, estaré contigo.

—Confio en ti. —JungKook se mantuvo en silencio siguiendo a su novio y futuro esposo a donde sea que fuecen, entraron a un edificio grande, donde habían muchas personas depositando flores en vitrinas diminutas. Los ojos del menor se abrieron de par en par comprendiendo donde se encontraban.— ¿Este... Es un cementerio?. —le pregunto al mayor quien asintió guiándolo al segundo piso, JungKook se aferró más al brazo del mayor, si bien los cementerios en Corea eran lugares abiertos a la interperie y otros eran del tipo edificio no queria decir que no le daba miedo estar en uno, es cierto era de tarde pero nunca había estado en un lugar sangrado donde los cuerpos de las personas fallecidas descansaban. No pregunto cuál era la razón de su visita a un lugar así, solo observó cómo su Hyung compro flores y se dirijio a una de esas vitrinas, sus ojitos decorados de aquellos redondos anteojos que tanto le gustaban le dejaron leer con claridad el nombre que estaba ahí.— ¿Quién es?. —le pregunto a su mayor dejando que lo soltara para poner las flores en el sitio donde estaba el nombre de aquella persona.

I'M LIFE © |TaeKook| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora