.:Capítulo 21:. Percy

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-No puedo creer todo esto -murmuró Annabeth con la mirada perdida en la ventana del coche que de una u otra forma Percy había conseguido.

El chico de cabello negro la observó con una pequeña sonrisa por unos instantes antes de seguir con la mirada en la carretera.

-¿A dónde me llevas? -volvió a hablar la rubia.

-Es una sorpresa, Annie -rió, sabiendo lo curiosa que era su novia, adoraba dejarla intrigada por no saber la respuesta.

Adoraba muchas cosas de ellas, y esa era sólo una.

-Me imagino que podría ser, sesos de algas -la voz de Annabeth volvió a sonar segundos después -¿una pizzería?

-Buen intento, pero no -sus ojos del moreno brillaron cuando pasaron por una pequeña calle inclinada ocasionando que el sol les diera directamente.

Percy no ocupaba girar su cabeza para ver a su chica lista frunciendo el ceño al pensar en una buena respuesta.

-¿Una tienda de chucherías? Adoras comer -señaló ella.

-No puedo negar que amo la comida -se encogió de hombros -pero no, ni cerca estás.

-¿Tienda de mascotas?

-¿Por qué iríamos a una tienda de mascotas?

Ella rió fuerte -¡no lo sé! Solo trato de decir lugares y ver si acierto.

El pelinegro negó con la cabeza, con esa línea un nuevo silencio se instaló en el coche, uno tranquilo donde sus respiraciones, junto a las aves que surcaban el cielo, era lo único que oían.

No faltaba mucho para que anocheciera, y Percy lo sabía, por lo que aprovechando que su novia volvía a mirar el horizonte distraídamente aceleró un poco de manera disimulada, tenía una sorpresa pequeña que debido a todo el extraño asunto familiar no había podido mostrar, el lugar al que iban era un plus.

De manera rápida observó su asiento trasero viendo la mochila que trajo de su casa cuando pasaron por ahí hace poco.

Esperaba que le gustara, lo había hecho antes, pero sentía diferente la sensación.

[...]

Percy tomaba sus manos mientras guiaba a Annabeth por aquel camino.

-No vayas a abrir los ojos -advirtió el chico.

-Sé que estamos en las orillas del lugar, puedo oler el bosque -soltó la risa la rubia.

-Ya sé que podías identificar el lugar así de rápido, por algo eres la chica lista -refunfuñó Percy -pero ese no es el punto.

Anduvieron unos momentos más con Annabeth más curiosa que nunca, hasta que Percy se detuvo y le pidió unos minutos para que pudiera arreglar todo.

-¿Listo? -preguntó ella cinco minutos después.

-¡Casi! -respondió el pelinegro, por su voz Annabeth pudo distinguir que estaba a unos metros a los lejos de ella.

Percy sonrió cuando vio su trabajo terminado, sabía de más que no era perfecto, pero era lindo y se daba con ello.

Caminó hasta colocarse silenciosamente detrás de aquella chica que lo tenía loco y susurró en su oído después de dejar un beso en su mejilla: -listo, chica lista.

Tomó con cuidado la mano con la cual la rubia tapaba su rostro (no porque con ello no viera, sino como prueba de que no intentaría espiar) y la movió hasta colocarla al costado de ella, dando un suave apretón la soltó.

Percabeth - Esa música nos guiaráΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα