-De acuerdo- levanté la vista cuando ya lo vi de espaldas caminando hacia el ascensor. De reojo vi que Clare me miraba atónita.

-¿Qué fue eso?- preguntó mirando de Dominic a mí.

-Así es la forma de mandar una indirecta de vete a la mierda- contesté con un encogimiento de hombros.

-Dios ¿viste como te miraba? Amelia a mí no me engañas ¿qué pasó entre ustedes?- insistió y yo ya me estaba cansando, entre nosotros no pasó nada.

-¿Escuchaste la parte en que es el novio de mi mejor amiga?- pregunté girando mi silla hacia ella.

La entrevista con la señora Smith era en una de las salas de la séptima planta. Cada vez que pisaba esa planta, mi mirada se iba directa hacia la última sala, que en estos momentos estaba vacía y lo había estado desde la última vez que yo había estado allí. A las doce en punto la señora Smith con uno de sus guardaespaldas se encontraba sentada frente a mí. Había hecho esto miles de veces y sabía controlar cada situación a la perfección. Anna, así se llamaba la mujer mayor que parecía una estirada pero cuando empezaba a hablar era como una de esas abuelas que te dan galletas recién horneadas.

La entrevista como bien había previsto había sido un éxito y la mujer me ofreció ir a tomar un café con ella un día de estos. Le tomé la palabra. Cuando se hubo ido ya era mi hora libre, pero en vez de ser libre fui a la máquina dispensadora y conseguí algunos snaks, no era lo más saludable y si Chris me hubiera visto atiborrarme de esas cosas me hubiera echado la bronca del año pero cuando tienes una mesa llena de montones de papeles lo único que puedes comer es algo así.

Esa hora se hizo eterna y estuve a punto de tirar todo lo que tenía sobre el escritorio. Rebusqué en el bolso olvidado y mi móvil no estaba ahí, maldije. Si no estaba ahí ¿donde cojones lo había dejado?

Clare y Jeremy aparecieron por el ascensor riendo, me quedé mirándolos. Ahora que me fijaba hacían una linda pareja, él siendo tan Jer y ella expulsando elegancia y alegría por cada uno de sus poros. Sonreí al verlos.

La tarde se me pasó igual que la hora libre menos por la suerte de que ahora no me encontraba sola y Clare me daba temas de los que hablar. Cuando salí había parado de llover y le agradecí a Dios de ser tan generoso. Le envié un mensaje a Stev desde el ordenador del trabajo avisándole de que ya volvía a casa y que estuviera preparado para cuando llegase. No recibí respuesta pero sabía que iba a estar esperando en la entrada del vestíbulo con su sonrisa resplandeciente. Y no me había equivocado allí se encontraba con un jersey negro, sus vaqueros y sus viejas Converse. Sonrío al verme salir del coche y caminé hacia él, enganchándome a su brazo.

-Preparado para una sesión de Amelia- dije empezando a caminar hacia el Starbucks.

-Preparado para todas las que tú quieras- dijo jalándome más cerca de él, resguardándome del frío.

El Starbucks no estaba lleno, más bien la mitad de las mesas estaban vacías no como los demás días. Pedimos nuestros cafés y nos sentamos cerca de la ventana. El cielo seguía nublado y otro chubasco se acercaba, pero el tiempo iba a ser así en lo que quedaba de otoño hasta que empezara a caer los copos de nieve. Era lo que más me gustaba, ver las calles cubiertas de nieve y viendo la Navidad transcurrir en las calles de Nueva York.

-¿Qué tal te fue con los desesperados vecinos?- pregunté tomando un sorbo de mi café y me quemé la lengua.

-Me las apañé- contestó mirando su vaso- ¿y a ti que tal?

-Bien, no estuvo mal después de todo- dije mirando por la ventana.

-¿No estuvo mal después de todo?- esta vez me miraba fijamente y tuve que contestar.

Amor Mentiroso [+18]Where stories live. Discover now