Triple J final

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Retomando lo que había pasado en la subasta, el trio ya se encontraba listo para salir de ahí, lo que no esperaban es que se tendrían que retrasar debido a que Julián ahora se encontraba cara a cara con la mujer que habían estado evitando todo el día.

¡Oh scusi! – dijo el intentando cambiar su voz para no ser reconocido.

Tu no deberías venir por aquí – recordó la rubia un tanto severa.

Pues tu tampoco, pero si no le dices a nadie yo tampoco – intento persuadir él.

Se que tu fuiste el que se llevó la cruz – exclamo molesta la general – Ahora vas a dármelo.

Eh ... no se de que estas hablando, y no hago falta aquí – mintió el en un intento de apartarla, pero Sonya lo tomo de la mano doblándosela levemente y dándole un golpe en la cara, logrando que el retrocediera y cayera al suelo.

No estoy de humor para juegos, dame la cruz – ordeno la rubia cerrando la puerta.

Suerte... que soy un caballero. Porque si no... - comento el pelimarrón levantándose apenas, antes de que Sonya de una patada al pecho lo enviara hacia una estantería de libros que había en la pared.

¿Qué haras? – pregunto Sonya.

Está bien – acepto el otro poniéndose pie otra vez – No te olvides, no quería esto.

A ver que tienes – dijo ella, poniéndose en pose de pelea – Vamos quien quiera que seas.

Claro señora – dijo el otro levantando levemente los puños para pelear.

Julián le tiraría un golpe el cual sería detenido por la otra con ambos brazos, dejando al pelimarrón levemente arrodillado que para liberarse le dio un golpe en las costillas a la mujer quien se repondría con una patada hacia el otro.

-Buen intento.

-Te regale esa. De nada.

-Que dulce.

A continuación, Julián seguiría evitando a la general quien de no tener paciencia le dio una patada dejándolo nuevamente en donde estaban los libros, aprovechando que estaba de espalda lo tomo del brazo para ejercer presión en él.

¡Ahora entrégame el artefacto! – ordeno ella enojada.

¿Sabes cuantos artefactos he recolectado? – cuestiono irónico Julián – Vas a tener que ser más específica.

Permíteme aclarártelo – dijo la Blade arrojando al pelimarrón a una mesa que al sentir el peso encima de ella, esta se rompió.

¡Ay mi orgullo! – se quejó el, levantándose levemente para seguir rodeando la habitación – Mira, aún estoy desfasado. ¿Qué tal si declaramos empate?

No, no lo creo – aclaro ella.

Al no tener opción, Julián intento atacarla con sus puños los cuales fueron bloqueados sin ningún problema, Sonya sin querer al golpear una parte de la cara del otro, logro romperle uno de los marcos del lente, revelando su iris roja.

¿Qué... quien eres? Ese ojo me parece familiar, pero con ese bigote me confunde – pensó para si mismo la rubia quien derribaría a su oponente con un barrido – Suficiente o ¿Quieres seguir siendo sarcástico?

Estas rompiendo muchas cosas valiosas aquí, si no tienes cuidado, nos sacaran a patadas – persuadió inútilmente Julián antes de que la general le diera una patada en la cara, el cual lo aturdiría dejándolo contra otra estantería de libros para afirmarse, Sonya no perdió tiempo y lo agarraría del cuello y lo amenazaría con su puño – Espera, espera... está en mi bolsillo.

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