9. ALONE

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Habían pasado cuatro días desde esa noche del sábado. Tanto Adrien como Marinette no habían vuelto a verse desde el domingo, ambos ocupándose con sus quehaceres del instituto y de la Universidad. Apenas coincidiendo después de clases en las últimas ocasiones.

Nada más comenzar la semana, el rubio tuvo que esquivar los interrogatorios de su mejor amigo, quien con curiosidad le insistía en darle toda clase de detalles de su encuentro con la exuberante novia de su hermano.

Obviamente, el Agreste se negó a soltar prenda. Pues aunque fuera de lejos la mejor experiencia que podía haber experimentado con una chica, quería celosamente guardarlo para sí.

Al terminar las horas lectivas del miércoles, los dos amigos se encaminaron hacia casa en un insólito silencio que extrañó al joven de gemas esmeraldas.

- Estar callado no te pega en nada, ¿lo sabías?- inquirió el blondo con una sonrisa sarcástica.

El moreno lo ojeó de refilón, soltando un suspiro al enfocarse en el horizonte.

- Tú no hablas; yo tampoco.

« Debí imaginarlo... »

- Muy bien, pues peor para ti.- se encogió de hombros en una postura relajada.

Nino abrió los ojos consternado, perdiendo los estribos al emitir un grito frustrado.

- Joder, ¿por qué eres así?- se quejó con desespero-. Podrías al menos decirme si tiene las tetas blandas.

Su contrario lo miró con el entrecejo fruncido.

- ¿Pero qué clase de tetas estás acostumbrado a tocar?- espetó incrédulo-. Son tetas; no la armadura de Iron Man.

- Y yo qué sé.- resopló-. ¿Ves? Si me contaras las cosas no tendría porqué soltar estupideces.

- Eso no es cierto.- rebatió con elocuencia-. Si te contara las cosas, soltarías aún más estupideces.

El varón Lahiffe puso la vista en blanco, llevando las manos a sus bolsillos con parsimonia.

- Cómo sea.- masculló a regañadientes-. Igual, no veo el problema en que me cuentes lo que ocurrió.- lamentó, haciéndose el ofendido-. Solo es una follada; nada del otro mundo.

Aquel argumento no le cayó en demasiada gracia al rubio, el cual con la serenidad que pudo reflejar, esquivó cualquier clase de conversación en los minutos que prosiguieron.

En parte, su camarada llevaba razón. Lo que pasó entre él y Marinette no fue más que sexo. Un acontecimiento único que debía quitarse de la cabeza y enterrarlo en el olvido.

Sin embargo, al mismo tiempo, tenía la sensación de que su situación con esa enigmática chica no estaba para nada zanjada. Pues albergaba la esperanza de poder volver a tenerla entre sus brazos y oír sus delirantes gemidos.

« Es la novia de tu hermano... Olvídala de una vez... »

Los reproches de su subconsciente lo desalentaban. Haciendo oídos sordos a aquello que no anhelaba creer.

- Aquí nos despedimos.- intervino el de lentes con pesadumbre, captando la atención de su compañero-. Nos vemos mañana en clase.

Adrien lo observó con la mirada perdida, sonriendo vagamente antes de chocar su puño con el de él y caminar hacia el portal de su hogar en un estado reflexivo.

Pensaba que después de cumplir su más deseada fantasía, esa especie de obsesión por la azabache iría en descenso. No obstante, se equivocó de cabo a rabo.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Where stories live. Discover now