6. PARTY

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Y llegó el día. Marinette despertó esa mañana de sábado con desánimo, pues aún y ser el cumpleaños de su atractivo novio, no terminaba de sentirse eufórica al desconocer qué planes podían pasar por su mente.

Le gustaba tener bajo control la situación, y ese inusual secretismo, provocaba en ella una inquietud que no sabía cómo quitarse de encima.

Nada más levantarse de la cama, le envió un mensaje a Félix para felicitarlo, tratando concretar una hora para citarse y pasar el día. No obstante, la respuesta que recibió no era lo que esperaba.

Fel_10:16
Estoy organizando todo para la fiesta, ¿quedamos a las nueve de la noche en mi casa? 😘

Al ver esa contestación, ella resopló abatida, soltando el móvil sobre la mesita de noche con pesadez. Estaba de los nervios y ni bien comprendía el motivo.

Mentira. Sí que lo comprendía. De buen principio él le había dicho que quería una velada íntima y sin demasiado alboroto, ¿y al final para qué?, para celebrar una fiesta por todo lo grande en su mansión.

« No debí molestarme a comprarme ese maldito picardías. »

Entonces recordó el rostro del menor de los Agreste. En cómo su cuerpo entraba en calor al evocar esa faceta descocada que él le hubo mostrado y que le hacía desear lo indebido. Así mismo, ese deseo se vio sustituido fácilmente por el enfado, al rememorar cómo el muchacho la hubo rechazado en la tarde anterior.

Aquello la tenía con la sangre hirviendo. Pues aún y no ser lo correcto, ansiaba que aquel adolescente de gemas esmeraldas suspirara por ella y sucumbiera a sus encantos.

« Félix te mataría si supiera lo que piensas... »

Sin querer malgastar más tiempo, salió de la habitación y bajó las escaleras para dirigirse al comedor. Donde su madre se encontraba desayunando en compañía de su progenitor.

- Buenos días, cielo.- saludó Tom, ojeando el periódico por encima.

- Buenos días.- murmuró la joven, bostezando con cansancio al acomodarse en una de las sillas alrededor de la mesa.

La mayor la estudió con apacibilidad, sirviendo un poco de café en su taza.

- ¿No descansaste bien?- indagó con las cejas enarcadas-. No tienes muy buena cara.

- Nada que una buena siesta no arregle.- alegó la ojizarca, tomando una tostada y llevándosela a la boca.

- ¿Una siesta?- dudó Sabine-. Creía que hoy era el cumpleaños de tu novio, ¿es que no vas a quedar con él?

La euroasiática masticó despacio su porción, luego dando un trago de su bebida.

- Sí, pero no se va a celebrar hasta la noche.- contestó en un tono monocorde.

- ¿Eso significa que volverás a dormir fuera de casa?- inquirió su mentor con no mucho agrado.

- Este... Es posible.- confirmó su primogénita con cierto recelo.

- Cielo.- intervino él con cansancio-. ¿No crees que las cosas entre ese chico y tú están yendo muy rápido?

- Mm... ¿No?- se encogió de hombros, repantigándose en el asiento-. Llevamos tiempo saliendo y yo tengo veinte años.

- Aún eres una niña.- instó su mentor con tenacidad.

« Si supieras lo que he llegado a hacer, no dirías lo mismo... »

Marinette terminó de beberse el café, soltando un suspiro atosigado que no pasó desapercibido por su madre.

- Tom, creo que deberías calmarte un poco.- indicó Sabine con apacibilidad, mirando luego a su descendiente-. Estoy segura de que nuestra hija sabe lo que hace, ¿no es así?

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Where stories live. Discover now