2. PROPOSITION

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Después de pasar la tarde lamentándose, Adrien salió de la habitación en cuanto fue la hora de la cena, encaminándose hacia el comedor, donde para su sorpresa se encontraban ya todos los presentes; su padre en compañía de Félix y su atractiva novia.

« Estoy jodido. »

Su mirada fue interceptada por la de la fémina, cuya lucía totalmente despreocupada, y sin ninguna señal que le indicara al varón que se hallaba en peligro. Al menos, no por el momento.

- Hola, hijo.- saludó su progenitor con una sonrisa amable-. ¿Nos acompañas?

- Esto... Pues ahora que lo pienso, no tengo mucha hambre.- se excusó con nerviosismo, riendo a la vez que reculaba hacia atrás.

- ¿Enserio, hermanito?- indagó el universitario, repantigándose en su asiento-. Hay huevos con bacon.

- Tu plato favorito.- corroboró el empresario.

Todos los focos permanecían intactos en el pubescente, aguardando con expectación.

- Oh-eh... Sí, ya veo...- se humedeció los labios-. ... Es que... Tengo el estómago un poco revuelto y no creo que sea buena idea obligarme.

El adolescente echó una rápida ojeada a los comensales, notando su corazón acelerarse al ver esos zafiros de intenso fulgor que lo hipnotizaban en demasía.

- ¿Y si solo comes un poco de postre?- insistió su mentor-. ¿O una infusión que te alivie el malestar?

- N-no, no... Creo que por ahora, yo... Voy a pasar.- argumentó el ojiverde, haciendo ademán de marcharse.

- ¿Seguro?- vaciló el de lentes.

- Sí, no os preocupéis.- se excusó con una sonrisa forzada-. Ahora, si me disculpáis, iré a echarme en la cama.

Ninguno de los asistentes pudo decir nada que el joven ya había salido de la estancia camino a su cuarto, dejando al resto con una expresión confusa en sus rostros.

Adrien no sabía qué pensar de todo aquello. A priori, no daba la impresión que Marinette le hubiera contado nada a su hermano. Aún y así, albergaba sus dudas, sobre todo, después de haber admirado la belleza que era ella en todo su esplendor.

Cuando se inmiscuyó en su estancia, volvió a respirar en profundidad. Tratando calmarse e ignorar esos latidos descarrilados y la ansiedad que lo carcomía por dentro.

Dirigió sus pasos hacia el lecho ubicado en el centro, después dejándose caer de espaldas con las manos en la cara.

« Yo mismo me he cavado mi propia tumba. »

Permaneció inmóvil durante varios minutos, evadiéndose del mundo y quebraderos de cabeza que lo avasallaban, al permitir que sus párpados cedieran y le dieran la oportunidad de refugiarse en los parajes de su mente.

No sabía durante cuanto tiempo había desconectado de lo que acontecía a su alrededor. Tensándose de repente al oír la puerta cerrarse de sopetón y obligándolo a sentarse de un impulso.

Al dirigir su mirada hacia adelante, tuvo que fijarse dos veces en la figura que se apreciaba a la distancia y que lucía como a un espejismo para él. Viéndola explorar el lugar con gráciles andares y ojos curiosos.

- Así que... Ésta es tu habitación.- murmuró en un tono apacible, deslizando los dedos por una de las cómodas-. Es más sofisticada de lo que imaginé.

Él tragó grueso, adhiriendo sus esmeraldas a ese cuerpo que lo incitaba a cometer toda clase de pecados. Intentando centrarse en mantener la compostura y aclarar su voz antes de hablar.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Where stories live. Discover now