8. SENSATION

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Al día siguiente, Marinette despertó antes de que los primeros rayos del sol se filtraran por la ventana; dándose la vuelta y encontrando el rostro apacible y dormido de su novio.

Después de aquella noche de desfase, la joven se había quedado con una extraña sensación en el cuerpo. Aún y así, no le dio demasiada importancia y se destapó con cuidado, para después de unos instantes ponerse de pie con pereza.

Félix se removió en el colchón y ella lo contempló en silencio. Viéndose interrumpida por el rugir de sus tripas.

« Genial, a buenas horas me entra hambre. »

Avanzó hasta el butacón ubicado en uno de los extremos de la estancia, y tras echar un rápido vistazo al rubio, tomó una de sus camisetas holgadas y se vistió con ella con presteza.

Después, salió al pasillo. Todo estaba silencioso, pues nadie más, aparte de los hermanos Agreste y ella, se hallaba en la prominente morada.

La azabache caminó por los pasillos del hogar con sigilo, bajando las escaleras principales y cruzando el amplio recibidor en dirección a la cocina, en un estado ausente y pensativo.

Sin embargo, cuando irrumpió en la estancia, sus ojos fueron captados por el muchacho que restaba sentado en una de las sillas alrededor de la isleta central; con los brazos cruzados sobre la superficie y el rostro hundido entre ellos.

Ella se quedó quieta al contemplarlo, dudando de si regresar a la habitación, o saciar su apetito matutino.

« Venga, Marinette. No seas tonta; actúa como siempre. »

La joven avanzó en una pose más confiada tras oír los reproches de su subconsciente, pasando por el lado del varón y yendo hasta la nevera para sacar un frasco de leche de su interior.

En cuanto cerró la puerta del frigorífico, el menor se exaltó, dando un brinco y focalizando sus esmeraldas adormiladas en la figura de aquella bella ninfa.

- ¿Marinette?- inquirió con voz cansada, tallándose los ojos-. ¿Qué haces aquí? ¿No es muy temprano?

La euroasiática tomó la caja de cereales de uno de los estantes y tomó asiento enfrente del adolescente, sirviéndose con parsimonia la leche en un bol.

- Tenía hambre.- comentó con un encogimiento de hombros, mirando discretamente el semblante del rubio-. ¿Y tú?

Él la contempló detenidamente, sin poder evitar que imágenes de horas antes acudieran a su mente a traición.

- Yo... Supongo que padezco insomnio.- murmuró con una débil sonrisa.

- ¿Insomnio?- titubeó con las cejas enarcadas y una expresión granuja-. ¿Qué es eso que te quita el sueño?

Al formular esa pregunta, la mirada de ambos coincidió en un mismo punto. Quedándose momentáneamente sin palabras y sin poder eludir el contacto visual el uno en el otro.

« ¿Por qué tengo la impresión de que debía haberme callado? »

Una suave risa por parte del menor disipó esa atmósfera enrarecida que los envolvía; incorporándose y buscando un vaso de uno de los armarios, para servirse un poco de jugo de naranja de la nevera.

- Mi insomnio ya es algo habitual de los últimos años.- explicó con porfía-. Debe ser que pienso demasiado.

La Cheng se mordió el labio inferior, estudiando al chico con deleite en esa vestimenta de camiseta de manga corta blanca y pantalón de chándal azul marino, que lo favorecía gratamente.

- Y... ¿En qué piensas?- indagó con curiosidad.

« En ti... »

Se aclaró la garganta antes de responder.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Où les histoires vivent. Découvrez maintenant