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Shawn sollozaba y temblaba, sus ojos se encontraban clavados en el piso y lágrimas silenciosas recorrían sus mejillas; su respiración entrecortada y la sangre seca de su rostro me hacía estremecer.

Ninguno había emitido palabra alguna, el silencio era demasiado ruidoso, pero de a ratos mis sollozos producían un eco que se perdía entre las altas y frías paredes del galpón. Aún no creía que el cuerpo masacrado y maltratado de mi mejor amiga se encontrara colgado justo enfrente de mí.

La puerta del galpón se abrió, generando un chillido fastidioso. Levanté mi cabeza en dirección a la puerta. Oligario entraba por esta con una cínica sonrisa en el rostro. Quería golpearlo, quería matarlo.

— Hijo de perra... — La voz quebrada de Shawn inundó mis oídos. Trató de zafarse de el agarre, sabía que él también quería matarlo.

— Vaya, vaya... — Revoleó una pistola en su mano — Veo que lograron reconocerla — Pasó la punta del arma por el rostro inerte de mi amiga.

Siguió hablando, algo brillante colgaba de uno de sus bolsillos, así que no presté atención a sus palabras vacías, aquella cosa estaba a punto de caerse, y eso llamaba mucho mi atención. Era un manojo de llaves, y estaba casi segura de saber de que eran. Cuanto más se movía más se zafaban del bolsillo. Oligario dio una vuelta brusca y aquél manojo de llaves cayó al suelo; antes que cayeran grité con la intención de que no notara el ruido que estas producirían al caer.

— ¡Oh, Dios mío! — Grité. Shawn y Oligario posaron su mirada en mí. Solté un suspiro ya que Oligario no había notado la caída de sus llaves.

— ¿Qué sucede? — Preguntó Shawn preocupado. Oligario me miraba con sospecha.

— No sabía nada de ese tatuaje — Inventé tomando como escusa un tatuaje cerca de la feminidad de Chloe. Era una pequeña serpiente. Shawn soltó una risita dolida.

— Sí, amaba ese tatuaje, tanto ella como yo — Una lágrima recorrió su mejilla. En ese momento me sentí mal por haberla usado de escusa, Shawn estaba muy dolido, yo también lo estaba, pero él, él la amaba más que a su vida, y verla así, destrozada, no habrá sido nada fácil.

El teléfono de Oligario sonó. Él contestó.

— ¿Hola? — Preguntó — Sí, jefe. Enseguida voy — Colgó y salió rápidamente del galpón, dejando el arma sobre la mesa; olvidándose de nosotros.

En cuanto la puerta se cerró me puse en acción — Shawn — Capté su atención. Señalé con mi cabeza el manojo de llaves tendido en el suelo a pocos centímetros de nosotros.

— Astrid, eres una genio — murmuró.

Me estiré lo más que pude y luego de muchos intentos logré alcanzar las llaves con mis pies. Cuando puede traerlos hasta donde estaban nuestras manos traté de abrir el candado y luego de un rato lo logré. Estaba llorando de la alegría.

Moví mis manos para que la sangre circulara y luego abrí el candado de las esposas de Shawn. Nos abrazamos, eso nunca pasaba, era el primer abrazo que nos dábamos. Shawn tomó mi rostro entre sus manos y me contempló unos segundos y luego volvió a abrazarme — Gracias a Dios estás bien — Sollozó. Aún seguíamos arrodillados en el suelo, Shawn me ayudó a pararme, algo que me costó bastante, llevaba horas, si no es que días, con mis piernas cruzadas, me moría de hambre, de sed. Necesitaba aire.

Levanté la mirada y me choqué con el cuerpo aún colgado de Chloe, caí al suelo y me largué a llorar. Shawn intentó consolarme, sabiendo que el que el que más necesitaba consuelo era él.

Shawn tomó una lona y tapó el cuerpo, besó su mano y luego la pasó por la lona — Te amo, siempre te amaré, nunca lo olvides, amor — susurró antes de tomar la pistola que yacía en la mesada.

Tomó mi mano y me dirigió hasta un cuarto dentro del galpón — Aquí a de haber algún arma — Dijo aún con la voz entre cortada. Revolvió un poco — ¡Aquí! — Exclamó. Tomó entre sus manos una pistola muy similar a la anterior y me la dio — Sabes usarla, ¿verdad? — Asentí con la cabeza aún sin tener la menor idea de como funcionaba.

Me guió a la puerta de salida, parecía conocer muy bien el lugar. Antes de abrirla dio una rápida mirada al cuerpo tapado de Chloe y luego abrió la puerta con una de las llaves.

La luz del sol me encegueció, tapé mis ojos con una de mis manos y segundos después me fui acostumbrando poco a poco a la luz. Cuando pude distinguir bien las cosas vi a dos hombres armados cautelando el lugar. Nos estaban dando la espalda.

Shawn tomó una roca grande entre sus manos y se la lanzó a uno de los hombres dejándolo inconsciente, yo imité la acción de Shawn, mi puntería era mejor que la de él y logré noquearlo aún más rápido.

— ¿Los matamos? — pregunté preocupada.

— No, pero si seguimos aquí a nosotros nos matarán. ¡Corre! — Exclamó para luego tomar mi mano y salir corriendo.

Shawn asaltó un auto y logró ponerlo en marcha — ¿Llamo a la policía? — Dije observando un teléfono del propietario del automóvil.

— Ni se te ocurra. Estamos en peligro — Advirtió. Tomó el teléfono en sus manos, bajó la ventanilla y lo lanzó a la calle.

Seguimos rumbo a ningún lado, solo miraba la carretera y sollozaba en silencio pensando en el lío en el que estábamos.

Había oscurecido, Shawn encontró una estación de servicio y decidimos bajar para comprar algo de comer e ir al baño. Habíamos encontrado una cartera con efectivo dentro del auto.

CRIME SCENE [SM]Where stories live. Discover now