3

195 27 5
                                    

Abrí mis ojos con dificultad, miré para todos lados, no nos encontrábamos en mi hogar. Era como un galpón abandonado, quise moverme, pero no pude, quise gritar, pero la mordaza en mi boca no me lo permitía. Giré mi cabeza y me encontré con Shawn inconsciente. En ese momento dudaba si seguía con vida, comencé a sollozar e intentar de que despertara. Había entrado en pánico, me sentía ahogada, quería poder salir y ayudar a Shawn, se veía tan indefenso. A pesar del odio que le tenía, él había sacrificado su vida para salvarme, ¿verdad?

Comencé a moverme de un lado a otro, estaba sentada en el frío y húmedo piso, amordazada y con mis manos y pies atados a un caño con una cuerda que me cortaba la circulación. Mi cabeza me dolía, sabía que estaba sangrando, porque un líquido espeso corría por mi sien muy lentamente. Quería cerrar mis ojos y que al abrirlos me encontrara en mi casa junto a Darling y discutiendo con Shawn. Quería que todo volviera a la normalidad. Pero sabía que eso no pasaría. Nunca nada volvería a ser lo mismo. Un olor putrefacto invadió mis fosas nasales, era un olor horrible semejante al de mucha basura concentrada en un mismo lugar por un largo período de tiempo.

Mi corazón volvió a la vida cuando sentí unos gemidos por parte de Shawn. Giró su cabeza hacia mi con los ojos aún medios entrecerrados y al verme los abrió de par en par. Trató de moverse y zafarse de el agarre de las cuerdas, pero no pudo. Me recorrió con la mirada e intentó gritar. Sabía que el también estaba entrando en pánico.

De alguna manera que nunca podré comprender Shawn logró liberarse de la mordaza. Inhaló un par de veces por la boca y luego comenzó a regañarme. 

— Te dije que te quedaras en donde estabas. Me lo prometiste — Susurró algo molesto — Mira en el lío en el que te has metido — tragué duro, me sentía como una niña pequeña a la cual regañaban por morder a su compañero de kinder. Pero definitivamente esto no era por una simple mordedura — Dios mío, estás sangrando — Su respiración era entrecortada. Él iba a seguir hablando pero la puerta se abrió de golpe — Hazte la dormida, y ahora hablo enserio. No abras tus ojos por nada. Sígueme la corriente — Asentí con la cabeza e hice lo que me ordenó.

Escuché como una persona se acercaba al lugar donde Shawn y yo nos encontrábamos.

— Veo que despertaste, Shawn — Habló una voz grave.

— ¿Qué quieres ahora, Oligario? No te debo nada — La voz de Shawn sonó más madura de lo normal; parecía una persona seria.

— Oh, sí que lo haces — Sonó sus dedos — Haz memoria, lo recordarás fácilmente — Su voz se hizo más fuerte.

—  Oh, vamos. No es por eso que armaron todo este alboroto, ¿cierto? — No sabía de que hablaban, pero estaba segura que Shawn estaba metido en un lío, y en uno muy grande.

— Sí, eres muy listo, Mendes — Se burló.

— Déjenla ir, ella no tiene absolutamente nada que ver con esto — Rogó — Está indefensa y además está embarazada. Déjenla ir, por favor. Al que quieren es a mi— Quería golpearlo, primero por no mencionar nada sobre lo que sea que estaba pasando y segundo por decir que estaba embarazada.

— Lo siento mucho, Shawn. Pero este es el precio que tendrás que pagar por lo que hiciste, tu y tu linda y embarazada novia sufrirán mucho aquí. Es el costo que recibirás por tu traición — No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Shawn traficaba drogas?, ¿Había abierto la boca? Mi cabeza no podía procesar toda esa información.

— Oligario, no seas así. Estás de mi lado, ¿Recuerdas? — Las palabras entraban y salían de mi cabeza.

— Perdón, amigo. Pero es mi trabajo — Supe que aquel hombre que se hacía llamar Oligario golpearía a Shawn. Y para evitarlo abrí mis ojos lentamente, tratando de lucir despistada.

CRIME SCENE [SM]Where stories live. Discover now