34. ¡Cómo me has preocupado!

1.7M 155K 156K
                                    

- 34 -

CLAUDIA

Luz muy blanca...

Eso es lo primero que veo al despertar, mis ojos parpadean incómodos al intentar acostumbrarse a la intensidad de esa luz, que pasa de ser borrosa a una vista clara de una lámpara blanca en un techo que no reconozco.

¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?

Una ola de mareo me recorre al tratar de organizar mis pensamientos. Recuerdo que estaba en la empresa, la reunión, la Sra. Marks robandose mi idea, luego Alex, vomitar y salir por aire fresco y ahí me encontré con Artemis.

Luego me puse de pie y...

¿Y?

Oscuridad.

¿Me desmayé?

Toso un poco y echo un vistazo a un lado. Estoy acostada en una camilla de hospital, una vía intravenosa en mi brazo izquierdo.

—¿Claudia?— la voz de Gin viene del lado contrario que estoy mirando así que giro mi cabeza hacia la fuente de su voz, —Oh Dios, despertaste.— ella se levanta de un sofá que está a un lado de la habitación, la preocupación estrecha su pequeño rostro, —¡Cómo me has preocupado!

Ella camina hacia mí y toma mi mano.

—¿Cómo te sientes?

Mojo mis labios resecos para hablar.

—Estoy bien.

—Ah no, por favor, no me vengas con esa mierda de que estás bien, que no pasa nada. Por eso has terminado en el hospital de esta forma.

—Gin...

—No, Gin nada, debo avisar al doctor que has despertado y más te vale seguir todas sus recomendaciones para que te mejores.

Gin parece leer la pregunta en mis ojos, ¿y Artemis?

—Artemis ha ido por comida, el doctor recomendó darte algo saludable de comer cuando despertarás.

—¿Está bien?— pregunto porque lo conozco, Artemis nunca ha sido bueno en los hospitales o manejando situaciones en la que he estado enferma. Él se preocupa demasiado.

—¿En serio te estás preocupando por él?— Gin alza una ceja, —¿Quién es la que está en una camilla de hospital ahora?

—Solo sé que se preocupa de más.

—Y con razón, que te le has desmayado en los brazos, mujer, ¿Qué esperas?

Hago una mueca al mover mi brazo izquierdo, la intravenosa ardiendo un poco.

—Por favor, dime que no han llamado a mi madre, no quiero preocuparla.

Gin bufa.

—Es que te preocupas por todo el mundo,— ella suspira, —tranquila, no le hemos avisado a tu madre, sabemos que le puede causar una crisis de nervios.

—¿Qué me ha pasado? ¿Qué ha dicho el médico?

—Pues no mucho, te han mandado a hacer un montón de pruebas de sangre pero él sospecha que es anemia o alguna deficiencia nutricional o algo así ha dicho, ¿es que no estás comiendo?

—Por supuesto que estoy comiendo, he tenido un par de semanas estresantes, es todo.

—Claudia, puedes mentirme a mí todo lo que quieras pero al doctor tienes que decirle la verdad, si no estás comiendo a las horas o si te estás saltando comidas o si comes cualquier cosa para ahorrar tiempo en tu día, debes decírselo.

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora