- En varias cosas.- esquivó en un tono monocorde, luego dándose la vuelta y encarando a la universitaria con displicencia.

Adrien tomó un sorbo de su bebida, fijando sus esmeraldas en ese par de zafiros que lo contemplaban con confusión.

- Ya veo.- carraspeó, regresando la atención en su bol, a la vez que jugueteaba con la cuchara con los cereales-. Oye, y... Esto...- se humedeció los labios-. Sobre lo que pasó ayer...- hizo una pausa, suspirando profundo al levantar la mirada con precaución-. ¿Está todo bien?

Él tragó grueso, dejando su recipiente sobre el mármol para acto seguido acercarse a la mayor con cautela.

- Claro.- arrimó una silla a la de ella, sentándose a su lado-. ¿Acaso tú sientes que no lo está?

- ¿Qué?- titubeó, negando con una mueca sarcástica-. Por supuesto que no; todo está bien.- confirmó cara a él-. Es solo que quería asegurarme de que las cosas estuvieran claras entre nosotros.- el blondo frunció el ceño con incertidumbre-. Me refiero a que... Lo que ocurrió ayer fue algo excepcional, y... Ya sabes...- hizo una pausa, mordiéndose internamente la mejilla-. Es algo que no se puede... Repetir.

Esas palabras sobrecogieron el corazón del zagal, que si bien era consciente de la situación, oír tal verdad a labios de la fémina provocaba un efecto desgarrador en su interior.

Aún y el pesar e impotencia que albergaba, simuló una sonrisa encantadora que tomó a la azabache por sorpresa.

- Lo sé.- contestó secamente-. Lo de anoche fue algo puntual, y ahora... Toca volver a lo de siempre.- suspiró-. Así que, no tienes de qué preocuparte; todo seguirá como antes.

Aquella contestación dejó a la chica un deje descolocada, finalmente asintiendo con aparente conformidad.

- Bien.- se colocó un mechón detrás de la oreja-. Igual prometo no provocarte.- él la miró con extrañeza-. Es decir, que... Bueno... Eres el hermano de mi novio, y... No tenemos que sentirnos raros...- sonrió brevemente-. Por mi parte, prometo que no voy a insinuarme como he estado haciendo estos últimos días...

El rubio rio por esa alusión en una postura más relajada.

- ¿Te refieres a lo del probador del sex-shop?

- Por ejemplo.- se refirió con un deje de travesura.

- Vaya, qué pena.- dramatizó adrede, robándole una carcajada a su acompañante-. Tendré que volver a acostumbrarme a nuestro trato cordial de cuñados.

- Seguro que no te es difícil.

- A ti tampoco.

« No apostaría por ello... »

De nuevo, con el silencio como a especial protagonista, ambos se sonrieron y bajaron la vista al suelo, siendo él el primero en volver a contemplarla con interés.

- Solo por curiosidad...- ella atendió, mirándolo expectante-. ... ¿Te gustó?

- ¿Cómo?

- Lo de anoche.- aclaró con más seriedad-. Tú... ¿Lo disfrutaste?

Marinette pestañeó fuera de sí, notando cómo inexplicablemente su pulso se aceleraba y un tórrido calor la abrumaba al rememorar lo acontecido en aquella descabellada velada.

¿Que si le gustó? La verdad era que más de lo debido. No obstante, esa respuesta era algo que tenía que guardar para sí o la situación podría complicarse.

Lo que había ocurrido entre ella y Adrien, era algo que no debía repetirse de nuevo. Tanto daba cuánto lo desearan, pues la respuesta a sus anhelos era clara y concisa: no.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Where stories live. Discover now