CAP 35: Tercera Prueba

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Llegó el momento de la tercera prueba, ir por una especie de laberinto y tomar la copa de los campeones. El primero en hacerlo ganaría el torneo, el dinero y la gloria eterna.

Estaba junto al viejo Dumbledore, James, Sirius y Sarah, quien se había hecho muy cercana a mí en estos últimos meses que compartimos habitación.

–¿Estás lista, Fiera? –Preguntó James, sonriendo de lado.

–La verdad es que no. –Respondí, soltando una risa nerviosa.- Pero no tengo nada que perder. No en esta prueba. –Dije, haciendo referencia a lo de Sirius en la prueba anterior.

–Lo harás increíble. –Sarah me abrazó.- Regresa con la copa.

–Suerte, primita. –James me abrazó también.- Corre en modo Fiera y ten cuidado.

–Lo tendré, James. –Sonreí levemente.

Finalmente Sirius me abrazó con fuerza, al igual que yo a él.

–Ve y gana. –Me susurró.- Y no hagas nada estúpido, no quiero perderte.

–No lo harás. –Sonreí de lado.

Él sonrió y posó sus labios sobre los míos, en un cálido beso. Al separarnos, los miré por última vez y caminé hacia la entrada del laberinto.

–El campeón de Durmstrang entrará primero, ya que hasta ahora tiene el primer lugar en la competencia. –Dijo Karkaroff.

Eugene entró al laberinto con muchas aclamaciones de su escuela. Tragué con dificultad, porque seguía yo. Yo tenía el segundo lugar.

El laberinto se abrió y entré dudosa. Caminé unos metros en silencio y luego recordé la táctica que habíamos planeado para mí.

Comencé a trotar y poco después estaba corriendo en cuatro patas, en mi forma canina. Corrí más rápido de lo que podría correr en dos piernas, así que aceleré y comencé a tratar de resolver el laberinto.

Olfateé a Eugene cerca, así que lo evadí y entré a otro lugar, para que no nos cruzáramos.

Error. Callejón sin salida.

Di la vuelta y corrí por donde vine, buscando el verdadero camino hacia la copa.

Cada vez me frustraba más y más.

Callejón sin salida en cada esquina.

Ya no sabía por dónde ir.

De pronto vi como si se comenzara a cerrar una entrada y me asusté, comenzando a escapar de la maleza que cerraba la entrada.

Logré escapar de aquello, adentrándome más en el laberinto.

Sentí como si algo me tomara de una pata, y descubrí que una planta me tenía atrapada.

Maldije por dentro y mordí la planta, tratando de liberarme.

Cuando me di cuenta de que no podría hacerlo, regresé a mi forma humana y traté de usar mis manos para desenredarme. Fue ahí cuando la planta comenzó a rodear todo mi cuerpo con sus ramas.

Mierda, mierda, mierda.

¿Qué hago?

De pronto sentí como si la planta dejara de tratar de comerme. Me asusté y me levanté rápidamente. Vi a Eugene con su varita en alto. Él me había ayudado.

–¿De repente comienzas a aparecer cada vez que necesito ayuda? –Bromeé, arqueando una ceja.

–Soy un oportunista. –Sonrió, guiñándome un ojo.- Ven, vamos por la copa.

Asentí y ambos continuamos corriendo por el laberinto. Una luz celeste se hacía cada vez más presente, y ambos aceleramos nuestro paso para llegar primero.

Cuando llegamos ahí ya era tarde.

Michelle tenía la copa en sus manos y saltaba de alegría.

Intercambié miradas con Eugene y ambos nos sonreímos, para luego ir a abrazar y felicitar a Michelle.

No creíamos que ella ganaría, pero lo hizo.

¿Cómo? Ni idea.

Pero ganó.

***

El patio era una fiesta enorme de alabanzas hacia Michelle. Me sentí feliz por ella. Aunque no hubiera ganado el dinero y la gloria eterna, me sentía orgullosa.

Yo había sido una de los tres campeones, y eso debía valer algo, ¿cierto?

La fiesta se me arruinó al ver a Terence Nott acercarse a mí disimuladamente.

–Eres una vergüenza para Hogwarts. –Espetó, mirándome mal.- No puedes hacer nada bien.

–Cállate, no quiero pegarte frente a todos. –Gruñí, molesta.

–Mira, incluso tu noviecito merodeador y tu primo están tan decepcionados que prefieren quedarse hablando con otras mujeres antes que tú.

Fruncí el ceño y dirigí mi mirada hacia donde Nott señalaba. James estaba hablando animadamente con la Barbie resbalosa, y Sirius estaba hablando con Marian Harris, la mujer más deseada de Gryffindor y quizás de Hogwarts. Gruñí internamente al verla con su camisa acomodada de una manera en que se le viera el abdomen plano y perfecto que tenía.

No me había percatado de que ella había viajado con nosotros hasta ahora.

Sentí una chispa de celos en mí, porque ella claramente le estaba coqueteando a mi novio, y él no hacía nada para detenerlo.

–No me sorprendería si tu novio te dejara... por ella. –Sonrió una chica Slytherin, llegando al lado de Nott.

Mi corazón se aceleró ante esas palabras sin que pudiera evitarlo.

–Pero claro, nadie podría fijarse en ti si está... ella. –Dijo Zabini, mordiéndose el labio al ver a Harris de pies a cabeza.

Volví a gruñir. Entonces noté que mis amigos se acercaban.

Cuando lo noté, los Slytherins ya no estaban a mi lado.

Sirius fue el primero de mi grupo en llegar a mi lado. Me abrazó con fuerza y me miró con una sonrisa de lado.

–Hiciste lo mejor que pudiste. –Sonrió.

–Lo sé. –Dije, para luego besarlo de manera posesiva y autoritaria.

No sé si fui solamente yo y mis inseguridades, pero sentí que Sirius no me devolvió el beso de la misma manera.

Me separé mirándolo extraño, y él parecía perdido en sus pensamientos.

–No te preocupes, Fiera. –James colocó su brazo alrededor de mi cuello.- Prometo recordarte esto solamente por el resto de tu vida.

Traté de reír ante aquello, pero me salió algo falsa.

El sentimiento que me había causado ver a Harris coqueteándole indiscretamente a Sirius y él permitiéndolo, me había bajoneado bastante.

Obviamente ellos no lo notaron, y de seguro pensaron que estaba bajoneada por no haber ganado el torneo.

Suspiré y decidí regresar temprano a mi habitación. Me acosté en mi cama y cerré los ojos.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2019 ⏰

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La prima de cornamenta (Sirius Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora