XXXIV

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El castaño comenzó a vestirse lentamente, todo evitando lo posible el hacer ruido. Tomó su cinturón y caminando lentamente se lo fue colocando hasta llegar a la puerta. Abrió y salió de la habitación del mayor, en la cual el olor a sexo permanecía concentrado.

Caminó por el pasillo del departamento hasta llegar a una barra en la cocina donde dejó su celular. Lo agarró y se lo puso en un bolsillo interno en la cintura (el cual él mismo había hecho).

Se paseó un poco por la casa, hasta que decidió irse. Suspirando pensó en que pasado mañana sería la despedida de soltera de Suran y de Yoongi también.

Era extraña la situación en la que se hallaba, no sabía si sentirse mal, sentirse bien o no sentir nada. Se preguntó si mínimo eran sanos los sentimientos que lo abordaban.

La boda estaba en puerta, Suran y él ya tenían las valijas preparadas para su estancia en Japón, la habitación de Yoongi también estaba revuelta, así que supuso que estaba también preparándose.

Era increíble la calma y felicidad que lo abordaba cuando estaba con Yoongi. Se sentía completo y estable, y ni hablar de cuando se hallaban los tres juntitos. Pero luego recaía en el gran dolor de no comprender qué estaba por hacer Yoongi. ¿Es que estaba jugando con él?

El sentimiento negativo de que el alfa estuviera haciendo algo tan hiriente le lastimaba y a su lobo también. No sabía si debería hablar con él. ¿Hacerlo elegir era lo correcto? ¿Qué había que elegir? ¿Lo elegiría a él?

Ya no estaba tan seguro.

Caminó hasta su auto y una vez cerca  sacó sus llaves. Su camino fue silencioso, le encantaba ese silencio. Comenzaba a hacer algo de calor, ya era de primavera. Fuera de su casa, había un lindo patio delantero donde habían lindas flores.

Estacionó el auto frente y se bajó, caminó tranquilamente, con las manos en los bolsillos y tocó la puerta. Abrió su madre con su hija de la mano.

— ¡Bebé hermosa! Ven con-...

— Hueles raro, papá. — comentó Eun, alejándose de los brazos de su padre con un rostro inexpresivo, yéndose detrás de las piernas de su abuela.

— ¿C-cómo raro? ¿Eun? — nervioso y asustado, Jimin entró a paso rápido a la casa. Buscó algo de ropa y se metió en el baño.

Se bañó con agua helada, frotando fuertemente para quitar el aroma a alfa y hormonas. Mientras lo hacía, Jimin se rió mucho. Recordó los pequeños accidentes. Como que Yoongi se había golpeado la cabeza con el respaldo de la cama o cuando Jimin necesitó ayuda para quitarse la camiseta.

Definitivamente hacían una pareja especial.



Jiminnie's boutique ♕ YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora