Jiminnie's boutique ♕ YoonMin

XXXII

— ¿No te gustaría casarte con Yoongi?

Jimin comenzó a toser su café irrefrenablemente. Se limpió con una servilleta mientras Suran lo veía preocupado.

— ¿Qué dices, Suran? ¿De dónde sacas esas tonterías? –intentó relajarse, claramente le fue imposible.

— Es muy guapo, y no lo sé, siento que ustedes quedan muy lindos, al menos como amigos. Son como amarillo y azul. –CABJ.

— Eh, seguro. ¿Porqué no pediste nada para acompañar ese té? Estás pálida. –comentó Jimin preocupado. Las mejillas adorables que tenía su amiga, habían perdido voluminosidad esta semana.

— Estoy bien, solo necesito este café para ponerme al día. –comentó falsamente desinteresada. El castaño la miró extrañado, pero no mencionó nada.

Ella había estado reduciendo mucho su porción de comidas diarias, lo sabía porque le gustaba comer con ella en casa junto a su madre y Eun. Suran simpatizaba mucho con la madre de Jimin.

— ¿Está todo bien? ¿Te enfermaste del estómago estos días?

— ¿Qué? ¿Porqué lo dices?

— He visto que reduces tus porciones de comida, ¿Hay algo que te haya caído mal? –preguntó tranquilamente mientras se limpiaba restos del café en su barbilla con una graciosa servilleta.

— Si, si. De hecho comí la otra vez algo que me hizo muy mal. –comenzó. — Pero tranquilo, Min. Todo está bien y todo está correcto. –sonrió, aunque sintiéndose algo culpable por mentir. — Pero no me desvíes el tema, si se diera la oportunidad, ¿Tendrías algo con Yoongi?

Las mejillas de Jimin se iluminaron en un hermoso sonrojo leve, color durazno. — Bueno, quizás sí. Es decir, el es muy atractivo y atento. Es muy lindo y suavecito, es tan tierno, es muy amable con Eun y creo que es una persona grandiosa. –suspiró, como si describir las cualidades del alfa le hubiera quitado el aliento.

— Entiendo... –ahora su sonrisa cambia a una más traviesa. Jimin sin dudas sentía algo por Min Yoongi, y estaba más que claro que el alfa también sentía cosas por el castañito omega. Él normalmente llegaba a casa sin decir nada, se iba directamente a la habitación y tomaba las frazadas con el delicioso perfume de Jimin aún en ellas y suspiraba como un bebé luego de darse un baño y cambiarse de ropa.

— Disculpa, sé que es tu prometido. Quizás no debí decir eso. -avergonzado de sus palabras, Jimin contestó.

— Oh, no no no. Está bien, cariño, Yoongi puede... –buscó las palabras adecuadas, para no ser tan obvia en su plan macabro y siniestro. — Ser entretenido que... Bueno, sabe ser... Carismático y... Y muy amable en ocasiones. Puede gustarle a cualquiera. –abrir nota mental: conocer más a Yoongi.

— ¡Oh, no! No me gusta Yoongi, Suri.

— Ajá. –contestó con una sonrisa

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