Chapter I

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Apoyé la cabeza sobre el regazo de Uriel para cerrar los ojos y descansar un rato. Él comenzó a acariciarme la cabeza como si de un gato me tratase cosa que me molestó propinándole así un manotazo para que me dejase de tocar. Escuchaba la televisión de fondo, todo el tiempo cambiaba de canal sin dejar ni un solo programa por más de un minuto. Me acomodé mejor sobre él sintiendo como el sueño se apoderaba de mi pero mi descanso fue interrumpido debido a que Uriel comenzó a sacudirme.

-Iva. Iva. -me llamó mientras movía mi hombro.

-¿Qué diablos quieres? -cuestioné incorporándome.

Alzó el brazo y señaló el televisor con el mando a distancia. Miré la televisión, tardé unos segundos en procesarlo hasta que me di cuenta. Sir Reginald Hargreeves había muerto, lo habían encontrado en su casa. El cuerpo se me heló por completo, como si la sangre hubiese dejado de fluir por mis venas. No había emociones, siempre había pensado que estaría feliz de su muerte pero no sentía nada, simplemente una total y completa indiferencia, tal vez muy en el fondo la noticia me tocó. Sentí el tacto de Uriel sobre mi hombro desnudo que me hizo volver a la realidad.

-¿Estás bien? -asentí con la cabeza sin mirarle, con los ojos fijos en las noticias que hablaban sobre su muerte.- ¿Estás segura? Él era tu...

-No, estoy bien. -le corté, esta vez sí le miré- Tengo que ir, -arrugó el entrecejo ante mis palabras sin entender lo que decía- a verles. Tengo que ir a la academia por mi hermanos, no puedo dejarles solos.


Me paré en el centro del hall justo al lado el ambiente era cálido de la mesita del centro dejando mi maleta en el suelo. Todo se encontraba exactamente igual que hace 12 años. El ambiente era cálido y las luces se encontraban encendidas por lo que supuse que alguien debía encontrarse aquí, tal vez Pogo o madre pero todo se encontraba silencioso y vacío. Me dirigí a la sala de la izquierda donde sabía que se encontraba el retrato de Cinco. Tal como pensaba ahí estaba, encima de la chimenea. Una oleada de nostalgia me inundó por dentro haciendo que mis ojos se llenasen de lágrimas y el corazón se me apretujó. A pesar de los catorce años que habían pasado jamás había dejado de extrañarle, aprendí a vivir con ello pero el ver su retrato y volver a la casa se me hizo más duro de lo que pensaba porque también me hacía recordar a Ben.

Me coloqué la mano en la boca para ahogar un pequeño sollozo. No quería llorar pero me fue inevitable, las lágrimas cayeron por mis mejillas mojando mi cara al tratar de limpiarlas con el dorso de la mano. Me permití cinco minutos, solo cinco minutos para llorar a ambos. Empecé a agradecer que no hubiese nadie al rededor que me pudiese ver u oír hasta que escuché unos pasos habiendo que parase de llorar y secar mis lágrimas.

-Miss Iva. --escuché una voz familiar a mis espaldas.

Me giré encontrándome con un Pogo viejo -¡Pogo! -exclamé corriendo hacia él para abrazarle durante unos segundos- Me alegra tanto verte.

-Yo también me alegro de verla. No pensé que fuera a venir, juró nunca hacerlo. -habló mientras caminaba en dirección a las escaleras.

-No estoy aquí por Reginald. Estoy aquí por mis hermanos, o parte de ellos. -repliqué un tanto molesta.

Pogo me miró apenado, sabía que él sabía que había estado llorando pero como yo no quería hablar de ello él no lo haría. Cogí la maleta y caminamos en silencio hasta los dormitorios.

Remains | The Umbrela Academy |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora