Capítulo 9

13K 1.8K 1K
                                    

Olvidé que después de que la función de teatro finalizara, buscaría al señor Yamada. En su lugar, comencé a buscar a Moon-jae por encima de la gran marea de personas que se movían por el recinto. Era muy probable que mi vista me hubiese engañado, pues minutos antes me distraje pensando en él.

Pasaron decenas de mujeres elegantes a mi lado —ya cuando la pasarela se hubo retirado para que todos pudiéramos andar con calma— pero ninguna era él. El maquillaje, el peinado y el vestuario podían ser similares, pero jamás tan ostentosos. Hasta que no apareciera de nuevo la mujer con el moño delantero dorado, no iba a detener mi búsqueda.

Le dije a Jonah lo que había visto en cuanto las luces volvieron a encenderse en Yoshiwara y la gente dejó de aplaudir. Se quedó congelado en su sitio, mirándome con los ojos más que abiertos. Al principio no pareció creerme, pues él jamás lo notó pese a tenerlo casi a la misma distancia que yo. Después, me regañó por mis ganas de querer encontrarlo.

—No necesitas hablar con él, Luke. —No lucía muy contento—. Está haciendo su vida aparte, como nosotros.

—Solo quiero ir a burlarme de él —Busqué una excusa.

Aunque Jonah contestó con un poco más de seriedad y hasta irritación, entendí que tenía razón; me dijo que madurara. Agaché los hombros y la cabeza, asentí para dar por muerto el asunto, al menos entre nosotros.

 Agaché los hombros y la cabeza, asentí para dar por muerto el asunto, al menos entre nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No dormí muy bien aquella noche, pues no pude dejar de pensar en lo que vi.

Moon-jae estaba vestido de mujer, actuando en una extraña obra de teatro presentada para gente de un desconocido poder. En ella, se enamoraba de un hombre valiente, pero era pertenencia de un viejo escandaloso.

Su maquillaje, peinado y vestuario eran mucho más exagerados que el del resto de las geishas. Sabía andar en los zapatos más altos y pesados que yo hubiera visto jamás, bailar, actuar, tocar instrumentos. Además, se presentaba en espectáculos extravagantes.

¿Eso lo convierte en una Drag Queen? Pensé, aferrándome a las cobijas que me cubrían hasta el cuello.

No pensé que el chico callado, pero apasionado de preparatoria, terminase con aquel inesperado trabajo. Eso también significaba que durante su visita me había mentido respecto a su empleo en la tienda de conveniencia.

¿Sol-gi lo sabe?

Conociendo su relación, era muy probable, pero ella tampoco en su ebriedad lo desmintió. Seguí dudando con cualquier disparate que se me cruzó por la cabeza. Cuando llegué a pensar en las cosas más absurdas, caí dormido, pero con la mente todavía inquieta y deseosa de respuestas.

Por desgracia no lo vi en todo el fin de semana, como ya era habitual. Para despejar un poco la mente opté por salir con Jonah a nuestros clubes nocturnos preferidos, pero no pude acostarme con nadie.

Siempre que me hallaba cerca de hacerlo, me acordaba del feo lugar donde vivía y que no tenía el auto que tanto me gustaba presumir a mis desconocidos acompañantes. Llevaba poco más de un mes yéndome temprano a la cama, solo. Nadie que no fuera yo, me había tocado en todo ese tiempo.

El balcón vecino [BL-COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora