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—Qué extraño que Ye Rin nos haya dejado dormir en paz —habló la de cabello corto, sentándose frente a Eun Bi, con su plato de desayuno—. ¿Estás segura de que no había una bomba debajo de la cama?

—Sí, tranquila —la menor rió, aún debatiendo consigo misma las razones pnara no poner la cuchara con comida dentro de su boca—. La verdad, sí es extraño; aunque, ni siquiera sé si anoche durmió en casa, ni siquiera estaba cuando nosotras nos dormimos.

—Sí tú lo dices.

Eun Ha observó atentamente los movimientos inseguros de sus manos por unos cuantos segundos.

—¿No vas a comer? —volvió a hablar, fingiendo curiosidad.

—Sí, sí —respondió Eun Bi, con cierta frustración, colocando la cuchara en su boca—. Por cierto, ¿volverás a tu casa luego de la escuela?

—Sí... supongo —dudó la de cabello corto, fijando su mirada en su desayuno—. Deben estar enojados luego de que ayer me fuera sin explicar.

—Me dijiste que les habías avisado —protestó la menor—. Trata de no pelear con ellos.

—Eso será complicado, pero lo intentaré.

( . . . )

Eun Bi enjuagó su boca, sin molestarse en hacerlo rápido, pues sabía que si tardaba demasiado en volver a su salón, le llamarían la atención; sin embargo, no le importaba.

Había tenido que acabar su plato para demostrarle a Eun Ha que no tenía problema en hacerlo, y esa acción le aseguraba el vomitar repetidas veces a lo largo del día.

Es decir, ya no tenía necesidad de provocárselos.

A la llegada del descanso, su estado no había mejorado siquiera un poco, pero no quería ver a su hermana, y mucho menos decírselo.

¿Para qué? ¿Para afirmar que todo lo que Ye Rin había dicho era cierto?

—Hola, Eun Bi —saludó, de repente, la voz de la persona que menos quería ver, como si el solo pensar el ella bastara para invocarla—. ¿Estás bien?

—Perfectamente —respondió la menor, sentándose en una posición en la que demostrara un poco más de credibilidad—. ¿Qué haces aquí, Ye Rin?

—En serio lo siento; te juro que no fue mi intención decirte todo eso. —Ye Rin se acercó a ella, recibiendo una mirada de completo desagrado por parte de su hermana—. Tienes todo el derecho de estar enojada...

—Oh, muchas gracias por darme tu permiso.

Eun Bi se puso de pie, dispuesta a salir del salón.

Sin embargo, al faltarle algunos pasos para llegar a la puerta, cayó al piso.

❝ nosey ❞ 2eunbi g!pWhere stories live. Discover now