Kira camino por los pasillos del hospital siendo seguida por la vampira. Quien a cada paso que daba se sentía más relajada, lo que era sorprendente ya que está en un hospital lleno de victimas que podría drenar

— ¡Solecito! — Rosalie miro al frente encontrándose con una anciana en sillas de ruedas, la señora de la tercera edad dirigía su silla para poder encontrarse en el camino de la joven — ¡Hoy me largo de este lugar Solecito!

—Me da mucho gusto Señora Johnson — Las palabras de la joven estaba cargadas de la más puras de las alegrías no como aquellos enfermeros que no les importaban en lo más mínimo los pacientes — Tenga mucho cuidado me molestare si la vuelvo a ver por aquí

—Lo prometo Solecito — La anciana parecía recordar algo pues hizo una mueca — lo único que lamento es que ya no te veré solecito ¿Quién me va a traficar dulces ahora?

Kira rio con alegría y gozo— Tendrá que vérselas sin mi Johnson

—Es hora de irse — Un enfermero empujo la sillas para poder llegar a la salida

— ¡Nos vemos pronto Solecito! — Exclamo La anciana— ¡No hagas algo que yo no haría en mi ausencia!

Kira volvió a reír. Rosalie se tomó el tiempo de mirarla reír y ¡Wow! Ahora entendía por qué le decían Solecito. Aunque ella no podía salir al sol la risa de la rubia parecían rayos de sol que acariciaba su piel con sutiles movimientos

—No me había presentado — llamo la atención de la joven — Me llamo Rosalie Cullen

Kira le sonrió a la vampira quien correspondió al gesto. Rosalie supo que ese era el comienzo de una amistad. Una que estaba dispuesta a mantener el tiempo que viviera Kira Argent

[...]

La rubia reía a carcajadas por las divertidas aventuras que Kira le contaban mientras las dos esperaban al doctor Cullen la rubia de ojos verdes ya había terminado sus responsabilidades así que había decidido hacerle compañía a la hija del doctor

— ¿Qué hicieron cuando las alcanzo? — Sonreí al recordar aquel día donde mi madre y yo corríamos por las calles de Athenas, Grecia para escapar de un vendedor a quien le habíamos tirado sus cosas

—Nada solo pagamos su producto destruido — Rosalie me miro curiosa

— ¿Por qué escaparon entonces si de todos modos iban a pagar?

— Porque es divertido Rose — Afirme — De que me sirve vivir si no sonrió y hago locuras, cuando me muera sabré que viví al máximo

Rosalie suspiro, le daba el más profundo dolor saber que el mundo con el tiempo perdería a una gran persona mientras ella permanecía joven vería a su amiga envejecer y crear su vida

— Tienes mucha razón — concordó la vampira con la rubia humana — Eres una persona excepcional Kira

La rubia se sonrojo y le dedico a su nueva amiga las más tiernas de las sonrisas, parecía una niña a pesar de ser una adolescente. Kira miro la hora en el reloj que Carlisle tenia colgado en una de las paredes de su consultorio

— Ya es tarde — afirmo la rubia suspirando con pesadez no quería irse se estaba divirtiendo mucho con la hija del doctor Carlisle — Tengo que irme, Charlie debe estar preocupado

— Comprendo — Rosalie le sonrió — ¿Quieres ir con mi hermana Alice y yo a Seattle?

La rubia lo pensó, mañana no trabajaba además de tener que comprar sus cosas para la escuela Charlie no se negaría a dejarla ir

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