2.-CORTE DE LUZ (editado)

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Al parecer, para Thomas y sus amigos los jueves era el día de los videojuegos. Kyle no se opuso a la idea y sinceramente yo tampoco. Una tarde de videojuegos no le hace mal a nadie.

Nos sentamos todos en los sillones y Thomas preparó la X BOX. Colocó un juego de fútbol.

Los primeros en jugar fueron Andy y Seth. Este último le ganó por tres goles a cero a Andy. Después le tocó a Ben y a Kyle. A mi hermano le dieron una paliza por seis goles a dos. Por último, éramos Thomas y yo.

El optó por elegir al Real Madrid y yo al Barcelona. Empezamos muy bien, Thomas hizo el primer gol y comenzó a correr por toda la casa, lo que me fastidió demasiado, pero en un poco tiempo más logré hacer mi empate.

Kyle siempre me había obligado a jugar con él, así que tenía algunas técnicas.

El partido estuvo muy peleado.

Estábamos en el minuto 80 y yo me acercaba al arco, estaba a punto de meter la pelota al arco y restregarle mi victoria al estúpido de mi primo. Ya podía ver su cara de frustración cuando yo ganara. Prepare el botón para lanzar y... hubo un corte de luz.

–Demonios, esto no puede ser posible –me levanté del sillón y comencé a maldecir. Escuchaba como los demás reían.

–Creo, creo que es un empate – el tono de voz burlón de Thomas logró que mi humor se pusiera peor.

–¡Eso es una maldita mentira Thomas! ¡Yo gané! ¡Ese balón iba directo al arco! –no podía verlo, pero sabía que tenía una sonrisa en el rostro.

–Eso tendremos que verlo el próximo jueves, cariño.

–Eres un...

–Ya basta –el tono de mi hermano resonó en la oscuridad–. No podemos estar a oscuras toda la noche, Thomas. ¿Dónde hay velas?

–Hum... creo que en la habitación de mi madre –dijo el inseguro.

–Okey, Jules. Ve con él a buscar las velas –su tono era firme.

–¿Qué? ¿Y por qué tengo que ser yo?–reclamé, con ese idiota no iba ni a la esquina.

Mi hermano suspiró lo suficientemente fuerte para que yo lo escuchara.

–Jules deja de ser tan quisquillosa y solo hazlo, ¿sí? –gruñí por lo bajo.

–Ben, tu y Andy busquen dónde colocar velas. Seth, ayúdame a buscar los fósforos.

Todos se fueron, o al menos eso supuse por qué todo quedó en silencio.

–¿Thomas? –pregunté, la verdad no ver nada me estaba causando algo de miedo.

–Mi nombre se escucha terriblemente sensual en tus labios, Jules –Thomas susurró en mi oído, lo que provocó que la piel de mi nuca se erizara y pegara un salto por la sorpresa.

Me di la vuelta y lo empujé. A él se le escapó una risita.

–Será mejor que vayamos, o si no tu hermanito se enojará.

Thomas caminaba por delante de mí y alumbraba el frente con el celular, pero yo que venía atrás con mucha suerte lograba seguirlo y terminaba chocando con la mitad de los muebles y eso que aún ni siquiera llegábamos a la escalera. Escuché la risa de Thomas y luego vi que me apuntaba con la luz del celular.

–Ven aquí –me tomó de la mano–. Ibas a terminar quebrándote una pierna si seguías así.

Caminamos por la empinada escalera hasta el cuarto de Christine. Thomas suspiró.

Solo eres mi primo  (SEMP1)Where stories live. Discover now