Capítulo 52

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—No puedo creer que no te hayas dado cuenta _______. Estuvo frente a ti todo el tiempo

—¿Puedes decirme de qué estás hablando?

—Brenda

—¿Brenda? Brenda ni siquiera es inmune, casi muere esa vez que la mordió ese Cranks, si no fuera por Thomas ella...

—Exacto

—Es una broma Teresa. Una broma de mal gusto.

—Claro que no, ella está sana. A estas alturas ya debería ser un monstruo sin el tratamiento. Se trata de Thomas.

—Oh vaya... pero no sé cuanto tiempo tenemos. Debo darle mi suero a Newt hasta entonces, luego podemos darle el de Thomas.

—No, no. Solo ayúdame, no tardaremos luego puedes ir con él.

____________ lo meditó. Tenía en sus manos la posibilidad de darle más tiempo a Newt, pero Teresa tenía algo mucho mejor. Newt merecía lo mejor.
—Okey, te ayudaré.

—¡__________!

—¡Newt! no grites, debemos pasar desapercibidos hasta que encontremos a Minho.

—Oh vamos Thomas, mira como nos están viendo. No pasaremos desapercibidos por mucho tiempo.

Los muchachos caminaban por los pasillos buscando señales de su amigo.

Cuando de repente la vieron.

Ava Paige.

Por una fracción de segundo la mente de Thomas se nubló.

Levanto el arma que llevaba en sus manos y miró a la mujer directamente a los ojos. Justo en el momento en el que iba a apretar el gatillo escuchó la voz de Newt.

—¡Thomas no!

Su amigo lo arrojó al suelo salvándose por los pelos de los disparos que iban en su dirección.

Jensen los había encontrado.

Comenzaron a correr sin olvidar la razón por la que se encontraban ahí.

—¡Minho!

—¡_________!

En otra habitación recostado sobre una cama, Minho comenzó a reconocer las voces de sus amigos.

Habían venido por él.

Rodeado de Doctores y de guardias, aferraba con todas sus fuerzas el pasador que le había robado a Teresa aquel día que la atacó. Esa era su única arma y la utilizaría a penas llegara el momento.

A medida que el disturbio se acercaba comenzó a abrir sus ojos.

—Aplíquenle el sedante.

Minho se incoroporó rapidamente hiriendo a uno de los doctores y evitando que otro le pusiera el medicamento.

Luego comenzó a correr hacia el guardia para derribarlo mientras este levantaba su pistola.


—Thomas, son demasiados.

—Se nos están acabando las municiones. Estamos perdidos.

—No, tal vez no. Distráelos un poco

—¿Qué harás?

—Confía en mi.

Thomas miró a su amigo y luego desvió la vista hacia los guardias que se acercaban, entonces comenzó a disparar las últimas cargas que le quedaban.

Newt por otro lado desarmo su arma e hizo lo mismo que había hecho uno de los guardias el día que se llevaron a Minho.

—¡Thomas! ¡Cúbrete!

Podemos cambiar el destino (Newt y Tú) Where stories live. Discover now