Capítulo 43

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Thomas se colocó la mochila al hombro con todo lo que creía necesario en su interior y caminó hacia la camioneta que Vince le había dejado meses atrás.

—Oye ¿Dónde crees que vas?—Newt encendió la luz atrapando a Thomas con las manos en la masa.

—Newt, yo...

—No digas estupideces, iré contigo.

—No, Newt. No puedes, esta vez no. Aunque encontremos a Minho no hay garantías de que podamos volver ¿Que hay de _________?

—Yo también voy, no te preocupes.—La chica se asomó por la ventana trasera de la camioneta.

—Vaya, ¿Alguien más?

—Necesitas toda la ayuda posible ¿no?—Newt encendió la luz de la cabina dejando ver a Sartén.

Thomas miró a sus amigos con una sonrisa en el rostro, sin embargo reflejaba preocupación.

Newt volvió a hablar.

—Comenzamos esto juntos, deberíamos terminarlo igual.

Luego de un silencio prolongado Thomas le respondió

—Okey, traigámoslo de vuelta.

Comenzaron a andar en medio de la oscuridad, Sartén manejaba mientras que Newt iba de copiloto, lo que dejaba a Thomas y __________ en los asientos traseros.

—¿Estás molesta?

—¿Por qué? ¿Porque pretendías marcharte solo a una misión suicida sin siquiera despedirte? No, por supuesto que no.

—________... es peligroso, estoy cansado de ponerlos en peligro siempre.

—Nada de lo que ha pasado es tu culpa Thomas, todos hemos llegado hasta aquí juntos, no tiene sentido que quieras hacerlo solo.

—Lo siento...

La chica miró a su amigo y tomó su mano.

—Lo sé, ahora aprovecha de dormir un poco, haremos relevos para conducir.

Thomas se acomodó en su asiento y cerro los ojos, a los pocos segundos ya dormía profundamente. ____________ no quería dormir aún, prefería mantenerse despierta por si ocurría cualquier cosa pero el sueño fue más fuerte y terminó cayendo rendida junto a su amigo.

Debió quedarse despierta.

—¡Minho!

________ estaba sentada, frente a una pantalla de computador. En ella podía ver a su amigo en un lugar que le recordaba al área. Intento moverse de su asiento pero fue inútil, tenía las manos amarrada a los bordes de la silla.

—¡Minho!—La chica Volvió a gritar pero no tenía sentido. Minho debía estar a kilómetros de allí.

De pronto alguien apoyó una mano en su hombro.

—Tranquila _______ sabes que es lo correcto—La mano correspondía a Ava Paige.

La chica volvió a mirar la pantalla y esta vez Minho corría por el laberinto perseguido por un penitente.

—Déjenlo ir, ¡Por favor!

—No puedo hacer eso, lo sabes. Antes lo entendías muy bien.

—¡No! ¡Por favor Basta!

—Te quedarás aquí hasta que entiendas que es lo correcto.—La mujer se volteó para hablarle a alguien más en la habitación—Teresa, cambia la imagen.

Podemos cambiar el destino (Newt y Tú) Where stories live. Discover now