Capítulo 6: Padre.

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Capítulo 6: Padre.

- Y ese es el chiste del pierna balón, no se usan las manos – el chiquillo estaba como siempre en un campo solitario hablando a la nada, algo que ya era costumbre con él, su hermano suspiro al verlo así negando con la cabeza.

- ¿con quién hablas? – pregunto asustándole haciendo que el chico tirara su balón.

- ¡Nando! – enojado por ser molestado así de la nada recogió su balón – con nadie practico mi discurso para dar a conocer mi nuevo juego con los demás chicos, el pierna balón – levanto su pelota – será un éxito.

- Claro – con sarcasmo no muy convencido – no puedo creer que la abuela te cociera ese balón – negó con la cabeza – en fin tienes que venir a ayudarme en la panadería.

- ¿Ahora? – pregunto gruñón pero su hermano solo frunció mas la nariz y el pobre de Leo acepto sin gana alguna, empezó a caminar de regreso con Nando siguiéndole los pasos no vaya a ser que se escapara, en un instante detuvo su andar para darse la vuelta mirando al mismo lugar donde su hermano estaba "practicando su discurso" - ¡Nando! – grito este ya que noto que no venía, Fernando entrecerró la mirada como si en cualquier momento algo extraño apareciera de la nada finalmente se dio vuelta y regreso a su hogar.

En el pequeño campo, justo en el lugar donde los chicos habían estado dos figuras fantasmales flotaban en el aire, una de ellas era de un viejo caballero y la otra una jovencita, ambos miraron a los hermanos marcharse sin poder hacer nada.

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El día que Nando se fue en busca del amor verdadero, el sol brillaba con calidez y el viento soplaba suavemente anunciando un buen viaje, la noche que Nando san juan regreso a puebla el viento ceso de repente, la luna se ocultó entre las nubes y los grillos dejaron de emitir su chillido característico, Marcela miro cada signo de mal augurio y los ignoro, cuando un extraño en capa apareció en su puerta trasera grito no sin antes darle un buen golpe con su sartén favorito, no hace falta decir que casi le tumba un diente y prácticamente le rompió la nariz, fue doloroso si, necesario también pues ambos se llamaron intrusos en aquella casa.

Leo regresaba de una larga jornada laboral en el campo sus hombros dolían un chingo y don Andrés quien amablemente paso la tarde haciéndole compañía ya lo tenía mareado, cuando escucho los gritos y golpes en su casa corrió sin pensarlo dos veces, primero se asustó pero después no pudo evitar reírse a ver a su hermano, su enorme hermano ser sometido por la pequeña marcela, luego de las presentaciones de algunos abrazos de alivio y de saber la nueva situación con la panadería perdida, Nando se disculpó, hablo de como aquello no funciono, que había hecho lo posible para ganar la mano de la chica y al final ella prefirió a alguien con mucha más fortuna que un pobre panadero, aun que leo estaba un poco resentido por su abandono al ver a su abuela tan feliz no puedo evitar perdonar a su hermano, entonces la idea de volver a hacer lo que mejor sabían lo entusiasmo demasiado.

Fue una calurosa tarde, mientras Nando construía un nuevo horno de barro en la parte trasera de la casa para comenzar su regreso al comercio alimenticio, al parecer Leo jamás fue buen panadero y esa fue una causa por la que perdieron dicha panadería que aquella anécdota salió de la nada, fue un comentario gracioso, de esos que tus hermanos mayores cuentan a tus novias para avergonzarte, algo que debió ser inofensivo, comenzó como el por qué no estaban casados y bueno la respuesta fue simple, Marcela no creía en eso del matrimonio y Leo la amaba tanto que acepto estar juntos sin esto, algo que desilusionaba a su abuela pero nada más se podía hacer y termino con la peor cosa que podría decirle.

El lado oscuro del amor.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant