El lado oscuro del amor.

Capítulo 8: Bruja.

Notas: El dibujo de hoy representa el presente, el pasado y el futuro de Leo en ese orden, sip Teo es su presente, Marcela fue su pasado y Kubo es su futuro.

Capítulo 8: Bruja.

Si se encontrara en su palacio de plata el joven dios practicaría con su espada derrotando a sus soldados hasta que Hanzo se uniera para un entrenamiento decente, otra de las cosas que lo relajaban era practicar su shamisen un gusto heredado de su madre o eso había oído, de alguna forma aquel melódico sonido le llenaba algo de paz, otra de sus actividades favoritas era pasear por sus jardines repletos de hermosas flores y árboles frutales seguido de sus concubinas convertidas en doncellas junto a sus amados conejos lunares, Kubo adoraba el embriagador aroma de las flores, gustaba de beber té en los jardines escuchando el canto de los pájaros.

En aquella hacienda no había nada como eso, el clima árido tan seco y caliente mataba su estado de ánimo, había flores si, esas rosas rojas en pequeñas macetas que morían cuando alguien las tocaba, como si fueran creadas con ese propósito y por supuesto no había pájaros cantando, lo más cercano que escucho fue un curvo, una vez y esa horrible cosa momia llamada Chuy lo derribo con su onda, Kubo no tiene un bonito recuerdo sobre eso, otra cosa es que tampoco hay ahí es la compañía, si sus doncellas eran cabezas huecas que solo trataban de complacerle alabándole y demás pero aquí la única persona que lo seguía o cosa era ese yokai colorido, Alebrije.

Cuando alebrije no estaba ocupado que era principalmente nunca, desde que Leo dejo de exigir cenas estaba muy desocupado, el charro dejo de darle tareas importantes luego del último incidente así que el único que seguía a Kubo en sus largos paseos por esa aburrida hacienda era alebrije, quien no paraba de hablarle sobre todos los cambios que leo hacía para su comodidad así como también sus aventuras como un humano, a veces se unían unas calaveritas igualmente coloridas quienes jugaban con sus conejos, lo permitían solo por que parecían ser las únicas criaturas aquí con algo de clase, además la energía que emanaban eran muy pura comparado a todo este lugar, secretamente pensaba que eran adorables.

Así fue como el joven dios se enteró que leo fue de hecho un humano que desde pequeño se vio envuelto con lo sobrenatural y como había salvado muchas vidas, algo irónico ya que ahora se dedicaba a embaucarlas o al menos algo de eso entendió, alebrije solía delirar todo el tiempo por lo que seguir una conversación era muy estresante, algo que también noto fue que parecía no hablar de Fernando, cuando su nombre empezaba a aparecer en sus labios este de inmediato desviaba el tema, pero bueno ya sabía que Leo odiaba a este, lo que si le lleno de curiosidad fue aquel otro nombre, Marcela.

La primera vez que lo escucho alebrije dijo algo sobre como esa chica no le cayó bien a Teodora por lo que Kubo pensando que eran celos por parte de esa concubina decidió no prestar más atención, entonces alebrije murmuro algo sobre que era una bruja que su curiosidad despertó por completo.

La madre de Kubo había sido una gran hechicera, magia tan grande que incluso él no lo había logrado igualarla del todo, al menos así fue cuando era niño, por eso el príncipe lunar sentía cierto respeto por esa clase de mujeres, una bruja siempre sería interesante ante sus ojos.

Hasta que conoció a Marcela y le odio con lo más profundo de su corazón.

Entonces Kubo estaba paseando con alebrije siguiéndole los pasos, en sus manos estaba una de las calaveritas durmiendo tranquilamente, su doncella Teodora, la peor doncella del mundo por cierto se encontraba muy ocupada para estar al pendiente de todos sus caprichos, ella lo dijo no él, caminando por el pasillo Kubo vio a lo lejos al caballo negro de Leo llevado por ese horrendo sirviente Rosendo, aburrido sin ningún entretenimiento y sin nada mejor que hacer decidió seguirle tal vez el hombre tenía que pasear al caballo o bañarle de cualquier forma encontraría alguna manera de torturarle un rato con su magia.