Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)

《Capítulo 10》

— Son las 12:45 de la madrugada Mikela, el restaurante ya cerró.

Cierto, el restaurante solo se queda abierto hasta las nueve y no creo que haya alguien ahí que me ayude.

— Iremos mañana. — me afirma y yo asiento con la cabeza.

— Bien, pero el restaurante abre a la 1:00 p.m — digo y él asiente con la cabeza.

Decido abrir la puerta e irme.

— Mikela. — me llama y yo volteo para verlo, tiene el cabello despeinado pero igual se ve muy bien.— ¿No crees que debemos hablar de lo que estuvo por pasar? 

¿Qué estuvo apunto de pasar?

Piensa Mikela...

¡EL MANOSEO DE ABAJO!

Rasco mi cabeza y miro a la pared para no mirar sus ojos, no quiero que me mire.

— ¿Qué estuvo apunto de pasar? — pregunto nerviosa y juntando mis dedos.

— Estábamos apunto de...

— Soy tan tonta. — golpeo mi frente. — Olvidé que debo sacar a Zeus al parque para que haga sus necesidades.

¡Bien, estoy aprendiendo a mentir!

— Es de madrugada. — dice y muerdo mi lengua.

Olvidé eso...

— A Zeus le encanta defecar de madrugada. Dice que es muy relajante.

— Claro. ¿Zeus te lo dijo? — dice sonriendo.

Mierda, y así es como yo arruino todo. Ni siquiera puedo mentir.

— Claro que no Lucas. Los perros no hablan. — finjo una risa muy falsa que se nota mucho. — Ya es muy tarde. — bostezo. — Creo que debería dormir.

Abro la puerta para irme pero me vuelve a hablar.

— Vamos a tener que hablar de eso tarde o temprano, Ross. — dice y yo le saco el dedo del medio.

— Mejor que sea tarde. — musito y escucho sus risas.

Entro a mi habitación, cojo mi pijama amarilla que tiene a Bob Esponja en todas partes y me la coloco. Dejo el papel en mi cajón con seguro donde solo guardo cosas importantes. Cierro los ojos y no me doy cuenta lo cansada que estaba hasta que me quedé profundamente dormida de inmediato.

***

Escucho a Zeus llorar, me levanto de la cama aún con la sábana cubriéndome el cuerpo, olvidé dejar la puerta abierta para mi bebé. Lo dejo entrar y me vuelvo a tumbar en cama con él en los pies. Cierro los ojos pero escucho un ruido.

¿Una licuadora?

Me cubro con la almohada pero no funciona.

— ¿Por qué me hacen esto? — digo entre dientes.

Me levanto de la cama dando un bostezo, miro el reloj y son las 10:00 a.m.

Vaya, si dormí mucho.

Mi perrito se queda echado en mi cama así que lo dejo ahí. Me voy al baño y tomo una ducha de agua fría, empiezo a temblar.

¿Por qué decidí tomar una ducha de agua fría?

Ah, si. Quiero estar despierta y si me baño con agua caliente solo me quedaré dormida en la ducha. Me aplico mis cosas de aseo.
Salgo del cuarto del baño con una toalla amarrada en mi cuerpo, busco en mi armario algo para ponerme pero no hay nada que llame mi atención. Veo en el clóset que mi madre colocó mi ropa de antes...