21. Aprender

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Capitulo dedicado a mi bella mutual, Li, gracias por tus lindas palabras <3


"La teoría de la fragilidad dice que toda fuerza de ilusión es proporcional a una decepción"


Quetzal Noah


Seguíamos fuera abrazadas cuando un grito despertó nuestra ensoñación, era Laurie, quien seguramente llevaba un buen rato buscándome. Con algo de reticencia abandoné mi postura junto a Ana para recibir aun un poco aletargada a mi entusiasmada chica. Y le digo mi chica porque aún no tenía muy claro que estábamos haciendo ni si esto iba a algún lado, solo descubrí durante mis últimas semanas de diciembre en Chicago que ella me ayudaba a no sentirme como una absoluta mierda cuando el desencanto después de lo de Ana tomaba forma en mi cabeza durante las noches y a veces también días. No lo sé, quizás fue la opción más sencilla a mi ajetreada vida, ella estaba siempre ahí. Y si, lo sé, es un pensamiento egoísta pero repito, no sé, simplemente paso, si es que al final Ana tiene razón, fui yo la que se alejó.

-¡Mimi! Te has perdido las campanadas cariño –me dijo con algo de preocupación en la mirada antes de tomarme de las mejillas y besarme. Que incomodo todo, en fin...

-Bueno no pasa nada, otro año de mala suerte, ¿vosotras que decís? Yo digo que me rompo la otra pierna –bromeé

-No es gracioso guapa –rebatió Laurie

-¿Entonces porque me estoy riendo? –realmente me estaba riendo

-Para ya anda, ¿que hacéis aquí afuera? Esta helando.

-Nada, yo es que ya me iba, me siento un poco mal –Dijo Ana mientras se abrazaba a sí misma.

-Ay, ¿qué te pasa?, ¿qué tienes?

-Nada grave, es que me duele un poco la cabeza y en casa me esperan unos amigos y creí que me daría tiempo pero la verdad es que no

Laurie no parecía muy convencida, y la verdad es que normal, no sonó muy convincente, no obstante pareció conforme con la respuesta, ella no es el tipo de persona que te hace muchas preguntas y menos si es gente que no conoce.

-Vaya, espero que te mejores

Por un momento nos quedamos las tres paradas sin nada más que decir y con el ambiente algo enrarecido pero es que a pesar de que quería entrar ya a casa, no quería que Ana se fuera, eso para empezar pero es que además era la puta noche del 31, ¿cómo se iba a regresar a casa? Ya sé que me había dicho que alguien venia por ella pero ¿cuándo? Llevábamos un buen rato aquí fuera y nadie había venido.

-Bueno, entonces, ¿entramos?

-A mí me vienen a recoger, entrad vosotras chicas

-No, yo esperaré contigo –dije con quizás demasiado entusiasmo, tanto que Laurie me dedicó una mirada ladeada

-No te preocupes de verdad, debe estar por llegar. Entrad no pasa nada.

No quería pero me sentí un poco presionada por Laurie, así que al final acabe cediendo, le di un abrazo y volvimos a entrar, no obstante ya dentro me quede sentada al lado de la ventana para asegurarme de que a Ana la venia a recoger alguien como ella dijo. La observé con continuidad durante los primeros minutos pero mi abuela se empeñó en que me tomara las putas uvas mientras una de mis tías daba las campanadas con una campanita de metal que sinceramente no sé de donde saco.

Lagrimas NegrasWhere stories live. Discover now