CAPÍTULO 13

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—¿Qué tal? —pregunta Coco tras verme volver a entrar en el vehículo que ha alquilado temporalmente para los días en los que nos quedaremos en el estado. Tras discutirlo la noche de ayer, hemos decidido irnos de aquí.

—Buenos precios —respondo—. Creo que podemos pillar el billete para la semana que viene, el Lunes —mi madre asiente mientras coge mi mano para entrelazarlas.

Coco vuelve a poner el coche en marcha para conducir hasta el motel, donde nos reuniremos con las tres chicas que han decidido unirse en el trayecto. Problemas que no tiene la gente adinerada, yo y mi madre nos hemos pasado demasiados años trabajando duro para conseguir este dinero, y ellas, solo han necesitado cuatro días para decidir qué ropa llevar a la otra punta del mundo.

Cuando llegamos al motel, Coco se reúne con ellas en una de las habitaciones ocupadas mientras que yo me dirijo junto a mi madre hasta la nuestra. Cuando entramos, deja caer su cuerpo rendido sobre la cama.

—¿Crees que él siga vivo? —pregunta haciendo sonar su voz casi inaudible al tener su boca pegada al colchón de la cama.

—Claro que está. Emma me lo confirmó.

—Me lo han dicho varias videntes —dice girando su cuerpo para quedar boca arriba—. Una persona muerta no puede caer en coma.

Rio asintiendo mientras dejo caer mi cuerpo junto al suyo.

—¿Estás segura de que estuvo realmente muerto? Realmente me cuesta creer que he pertenecido al esperma de una persona muerta.

—¡No seas estúpido, claro que sí! No sabes lo mucho que sufrí por ese hombre.

—¿Te han dicho alguna vez que tienes un gusto muy raro?

—Oh, no digas eso. El único hombre con el que he estado ha sido tu padre, no he tenido oportunidad de conocer a otros.

—Realmente no has querido —recibo un codazo como respuesta consiguiendo hacerme soltar una carcajada, pero la realidad es que no me lo puede negar. Ella es joven y atractiva, lo digo yo, que soy su hijo, pero ella solo ha querido entregarse a él, aún sin tener su presencia cerca.

Supongo que son los gestos románticos del amor.

—Los únicos hombres de mi vida sois tú, Max y Will, siempre va a ser así —murmura cerrando sus ojos mientras deja escapar un largo suspiro—. Me es imposible poder olvidarlo. Si tan solo hubiese una explicación...

Hago una mueca mientras visualizo el tono oscurecido del blanco techo, repleto de manchas de humedad que lo han consumido durante los años.

En parte así es como ha tenido que sentirse mi madre, a pesar de ser una persona fuerte, su personalidad ha ido consumiéndose de tristeza al pasar de los años sin obtener ninguna clase de ayuda o explicación.

«Oh, Edward. Qué haría sin ti, has sido mi única salvación en este crudo mundo en el que tengo que vivir», recuerdo aquellas palabras que tantas veces me ha repetido ella a lo largo de mi vida.

—La encontraremos, mamá —murmuro—. No lo dudes.

—A veces es difícil dudar.

—Si hay algo que bien me has enseñado durante estos veinte años es que nada en esta vida es fácil —siento su mirada puesta sobre mi, giro mi rostro para visualizarla con una media sonrisa.

—Nada lo es.

—Lo sé.

De pequeño no lograba entenderlo, mi madre siempre me dejaba con un confuso «De mayor lo entenderás», y tenía razón, de mayor lo iba a entender, eso he hecho. Lo logré hace unos años, cuando me di cuenta que es imposible escapar de los defraudes que conlleva la vida, porque en eso consiste. Hoy en día nada es fácil, lo único que puedes conseguir es hacer parecer las cosas sencillas, pero eso es un trabajo del que cada uno se tiene que encargar.

Pero como bien me decía mi madre de pequeño, tampoco es fácil.

Oigo el suspiro de mi madre indicándome que su cuerpo se había rendido al profundo sueño. La tristeza agota, y es que, a pesar de conseguir ocultarlo, sé que aquel sentimiento no ha abandonado su cuerpo.

Siento una vibración en mi bolsillo dando a entender que he recibido una notificación nueva. Atrapo el dispositivo electrónico y lo enciendo para leer el mensaje que, sorprendentemente, era del número que esperaba.

De: Número desconocido.

Para: Edward Brooks.

Will está feliz con otra familia, no deberías acercarte.


SECRETS. NJALO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora