Capítulo 30

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- ¿Le dijiste a Lisa que todavía sientes algo por mí? - abrí los ojos en cuanto escuché la voz de Morgan acercándose.

-No tienes por qué gritar, todavía me duele la cabeza-aclaré.

Morgan se tumbó en la silla junto a mí y me observó con sus penetrantes ojos marrones.

-Bien merecido lo tienes-bufó.

Desvié mi mirada hacia la piscina donde Robert jugaba, el frío de los días anteriores había dejado espacio para que el sol calentara por lo menos unas cuantas horas y mi hermano no dudo en aprovechar eso.

-Por cierto, Lisa ya sabe que te acostaste con Arlene- Sus palabras cortaron el hilo de mis pensamientos y regresé mi mirada hacia ella.

- ¿Debería importarme que lo sepa? -la cuestioné sintiendo un poco de satisfacción.

Morgan hizo una mueca y arrugó su frente mostrando desaprobación.

- ¿Qué es lo que quieres demostrar Tyler? - gruñó Morgan.

– Entiendo que pretendas darle celos a Lisa, pero te pido que no me involucres. No quiero formar parte de esto-.

-Yo no le dije nada de ti-.

Morgan soltó una risa teñida de frustración.

-Entonces no logro comprender de dónde sacó eso-.

Suspiré cansado de toda la situación.

-Dijiste que no era tu amiga-.

- ¡Lisa no es mi amiga Tyler! – la rubia alzó la voz llamando la atención de mi padre que se asomó por una de las puertas de cristal, pero enseguida se marchó.

-Pues parece que te cuenta muchas cosas-.

- ¿No crees que puede sentirse sola? -.

Bufé sínicamente ante su comentario.

-Eso no es lo que me ha demostrado-.

Morgan me observó detenidamente, pero tardó unos cuantos minutos en decir algo.

-Estas actuando como un completo idiota últimamente-.

-Deberías acostumbrarte- dije mirándola de reojo mientras me acostaba nuevamente en la silla.

-Los demás no tenemos la culpa de lo que te pasa- Morgan se levantó y me arrojó la toalla que estaba tirada aún lado de ella, mi intentó de esquivarla falló y eso me descoló un poco. Tomé mi celular y me coloqué los audífonos al tiempo que veía a Morgan marcharse, un poco de música me despejaría del drama constante que rodeaba mi vida.

Seguía enojado con Dalton así que no me había tomado la molestia de ir al taller, en estos momentos no me importaba si me echaba a patadas, la verdad nada me importa por ahora. La noche anterior había visto a Lisa y todo lo que me dijo me puso de mal humor, no estaba acostumbrado a escucharla decir que me extrañaba y menos conociendo como era ella. Sabía que simplemente estaba jugando conmigo al igual que las otras veces, nada con ella era real y lo aprendí de la peor forma, pero el simple hecho de que esas palabras salieran de su boca me enfurecía, Lisa no tenía el derecho de decir eso y menos estar tan segura de que yo sentía algo por ella. Debía admitir que tenía la esperanza de que si me acostaba con Arlene ella se lo contaría a Lisa, y no podía sentirme mejor que bien de que la pelirroja me ayudara con esa parte. Ahora que las lagunas mentales se empezaban a esclarecer debía aceptar que la pasé muy bien con ella. Me deshice de los audífonos y mi celular para acercarme a la orilla de la alberca e introducirme en el agua, necesitaba dejar de pensar en lo que había pasado entre Arlene y yo, al menos por ahora.

Lisa © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora