Capítulo 24

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Nunca en mi vida me había sentido tan vulnerable con respecto a una persona, o tal vez sí, pero se trataban de cosas totalmente distintas. Estaba claro que había bajado mis defensas por un momento solo para darme cuenta de que fue un estúpido error, que las personas pueden mostrarte una parte de ellas, esa que te hace sentir bien y que te da esperanzas, pero de un minuto para otro pueden destruirte. Después de la noche en que le mandé el mensaje a Lisa me enfoqué en mis cosas, traté de olvidarme de ella y de todo lo que la rodeaba, no estaba dispuesto a volver a pasar por eso, así que cuando mi padre sugirió que nos fuésemos de vacaciones a Vancouver no lo pensé dos veces y acepté. El necesitaba ir por unos asuntos del hospital y para mí fue el mejor momento para salir de ese lugar, aunque fuera por unos días. Fue un buen viaje y Dalton no tuvo ningún problema con que yo tomara unos días, nada importó más que pasar tiempo con mi hermano, aunque debo decir que gracias a ello la relación con mi padre avanzó un poco, lo único malo de todo esto fue que me enfermé y tuvimos que regresar antes. Morgan se encargó de mí los días que estuve tirado en la cama, cada noche después de su trabajo venía a verme y se quedaba conmigo hasta cuando mi padre llegaba. Tuvimos tanto tiempo que terminé contándole todo lo que había pasado con Lisa, y para mi buena suerte no gritó cosas en su contra ni trató de hablar mal de ella, cosa que me sorprendió dado los acontecimientos anteriores, pero desde su punto de vista como mujer intentó comprender porque Lisa se comportaba de la forma en que lo hacía conmigo.

No encontramos algún punto a su favor.

Nada. Y no servía para algo el tratar de justificarla, y ya no me importaba que alguien lo entendiera, comprendí perfectamente a la mala que la vida tenía planes diferentes para nosotros.

Ahora estaba de lo mejor enfocándome en las cosas que sabía no dejarían en mí una cicatriz.



*



-Podrías haberme citado en otro lado, no me gustan las cafeterías- refunfuñé hacia Morgan. Esta mañana recibí un mensaje de ella diciéndome que quería hablar conmigo, pero nunca mencionó que lo haríamos en un lugar como este, los odiaba.

-No seas amargado-

Le lancé una mirada de irritación porque no quería estar en este sitio, me quité la gorra que llevaba puesta y me pasé una mano por el cabello.

- ¿Qué querías decirme? - cuestioné. Pude notar como Morgan se puso rígida y comenzó a mirar a todos lados menos a mí.

-Vamos Morgan suéltalo- la incité.

-Tyler, yo...-

Un pensamiento se cruzó por mi mente y sentí miedo - ¿Estas embarazada? -pregunté alzando la voz.

Morgan clavó su mirada en mí de una forma que me hizo sentir nervioso.

- ¿Qué?, ¡No! - exclamó –No estoy embarazada Tyler-.

No me había percatado que estaba apretando el borde de la mesa hasta que comencé a sentir dolor, mis manos estaban rojas del esfuerzo que había hecho, pero tomé una bocanada de aire y comencé a relajarme y así de rápido como vino el miedo se fue.

-Entonces explícate-.

-En eso estaba, pero comenzaste a suponer otras cosas- tomó un suspiro –He estado pensado y creo que es lo mejor para ambos que ya no continuemos con lo que tenemos, me refiero al asunto del sexo-.

Lisa © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora