Destinada a él

Capítulo 19: La fase del helado

Capítulo 19: "Un complot paternal, un intento fallido de confesión y un beso con sabor a chocolate y caramelo."

Madre Cris POV

Lavé el último plato sucio y le pasé un paño, que a esas alturas ya estaba completamente mojado, para secarlo. Guardé el mandil y con la muñeca me limpié las gotas de sudor que cubrían mi frente. Respiré hondo y me dirigí hacia el salón.

Allí estaba mi marido, recostado en un sillón, viendo la televisión y sujetando el periódico entre sus manos. Llevaba toda la comida pensando en la forma de decirle lo del novio de Cris, pero no se me había ocurrido ninguna manera lo bastante sutil para decírselo.

Eché un vistazo a las escaleras, para asegurarme de que nuestra hija no nos oía, y entré en el salón.

-Tenemos que hablar-le dije.

Él levanto la vista de su periódico y me miró.

-Tú dirás, cariño.

-No, no. Hablar en serio-y miré al televisor.

Comprendió a que me refería y dejó el periódico en un lado de la mesa. Me senté junto a él y alargué el brazo para apagar la televisión. Al callarse el hombre de las noticias, se formó un silencio que me hacía más incómoda la situación.

-Pues…

Se sacó sus gafas de leer y cruzó las piernas, con una mirada interrogante pero amable, invitándome a hablar.

-Ayer vi a Cris en el cine. Con un chico.

-¿Pero no había ido con sus amigos?-alzó las cejas, confuso.

-No, fue al cine con Alex, el que vive enfrente nuestra. Y por como actuaron ayer me atrevería a decir que son novios.

Él me miró extrañado y frunciendo el ceño.

-¿Estás segura de que era ella? Nos lo habría contado. ¿Y con tan reciente lo de… Alan?-nuestra hija siempre nos había contado todo sobre sus novios, por eso a ambos nos extrañaba que no nos hubiera dicho nada. Cuando había roto con Alan había venido enseguida a contárnoslo, destrozada. Confiaba en nosotros para eso, lo cual nos alegraba, aunque a su padre le diesen ganas enormes de partirles las piernas a todos.

-Sí, era ella, estoy segura.

-Y… ¿qué hacemos?

-Yo creo que lo mejor será esperar a que ella nos lo cuente-reflexioné. Al fin y al cabo no se me ocurría otra solución, no le íbamos a soltar de repente “Hija, te vimos liarte desenfrenadamente en una sala oscura del cine con tu nuevo novio del que se te ha olvidado misteriosamente hablarnos”-. A lo mejor si se lo decimos le sienta mal.

Él se removió inquieto en su sillón.

-¿Y si no nos lo dice?

-Deberíamos darle tiempo para que nos lo diga. Tarde o temprano lo hará-aseguré.

Se oyeron unos pasos bajando las escaleras e intentamos disimular lo mejor posible.

Cris se asomó por el marco de la puerta.

-Voy a salir-nos avisó.

Nos miramos mutuamente y pregunté:

-¿Con quién quedaste?

-Con unos amigos-dijo, como restándole importancia al asunto.

-Ya, amigos-respondió su padre sarcásticamente.

Me giré hacia él con una mirada fulminante. No se podía disimular peor. Fruncí el ceño, frustrada, y le puse los ojos en blanco para que tuviese más precaución.