•• Capítulo 32 ••

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Narrador.

Después del ataque de Eivor hacia Lena, Ingrid intentó vengar a su amiga, pero asumió que lo más importante era buscarla. Se arrojó al mar sin dudarlo, y comenzó a buscar el cuerpo herido de su reina, sin dejar de gritar su nombre.

— ¡Ingrid! ¡Ven aquí! ¡La tormenta ha crecido! — Esben intentaba calmar la desesperación de la escudera, pero todo parecía inútil ante la terca Ingrid — ¡Ingrid por los dioses vuelve al drakkar!

— ¡No! ¡Lena cayó! — contestó como pudo, mientras se sumergía una y otra vez en el agua con la esperanza de encontrarla. La tormenta empeoraba con cada segundo que pasaba, como así también el ataque de los guerreros de Sogn a los barcos pertenecientes a Viken y Ivar. Ingrid se elevó una vez más al agua, dejando notar su claro rostro decepcionado — No pudo irse tan lejos.

— ¡Ingrid por Odín sube al barco, ya estamos emprendiendo la vuelta a Viken! — la angustia también consumía a Esben, pero se sentía con la responsabilidad de cuidar a Ingrid. Sabía que después de perder a Lena perdería el uso de la razón, y asumía el papel de dirigirla de nuevo hacia su reino.

Con dificultad y un hueco en su corazón, Ingrid subió al drakkar nuevamente con ayuda de Esben. Se dejó caer sobre el suelo de madera, y no pudo reprimir el llanto que la atozigaba: la lluvia y el movimiento inusual del mar solo la ayudaba a llorar sin represiones el dolor que la invadió cuando vió a Lena caer. No solo era su reina, era su amiga, su escudera, su hermana; y por sobre todas las cosas la hija de Freyja.

Tanto Eivor como Ivar se habían mantenido en shock, innertes ante la situación. Ivar había perdido la razón cuando vió caer a Lena, quedando inmóvil ante la situación. Sintió como su corazón se rompía y se iba con ella al mar. Eivør, asustada por lo que finalmente había podido lograr, se dejó caer sobre el suelo del drakkar, abrazando sus piernas y quedando echa una bolita con su cuerpo. Sus sentimientos eran confusos y encontrados: culpa y satisfacción, tristeza y goce, tormento y suplicio.

El viaje hasta Viken estuvo cargado de silencio y angustia. Nadie emitía palabra ni sonido alguno. Al bajar, Ingrid — aún azotada por el dolor — tomó a Eivør de uno de sus brazos, y caminó segura hasta el hogar donde reposaba el Rey Ubbe. Esben y Ivar los seguían de cerca, inundados ambos por sinsabor de la derrota y la perdida.

Al ir acercándose al trono, Eivor se safa del agarre de la escudera y se gira para enfrentar a su esposo — Ivar, lo juro mi amor, yo no sabía que mi padre haría eso con Hvitserk — Ivar apenas elevó la mirada dejando ver un gigantesco odio en él — Solo, solo me dijo que ocuparía el lugar de rey, jamás me dijo que Hvitserk...—

Ivar, sin controlar sus impulsos, toma del cuello de Eivør con su mano libre presionando de ésta con suma fuerza. Nadie en la sala emitía palabra o tenía intenciones de interrumpir al hombre, ya que sabían de la ira y el aborrecimiento que Ivar estaría teniendo en ese momento.
Ubbe comenzó a acercarse a ellos con pasos fuertes, buscando con la mirada a la mujer con la cual compartía su trono.

— Ingrid, ¿dónde está Lena? — la escudera solo atinó a bajar la mirada, incapaz de contestar eso que tanto que dolía. Ubbe, intuyendo la respuesta, mira al joven a su lado — ¿Esben?

Nadie contestaba. El dolor también fue transmitido a Ubbe, quien bajo su vista acongojado por la falta de respuestas.

Eivør, aún con la presión de Ivar sobre su cuello, intentó emitir su defensa — Estoy... embarazada — por puro impulso, Ivar soltó su cuello, y dejó caer al suelo a Eivor. Con dificultad la reina comenzó a toser y tratar de recuperar su ritmo normal de respiración hasta ponerse de pie nuevamente — Estoy esperando a tu heredero, mi amor. — el sano juicio de Eivor ya comenzaba a estar en duda ante los presentes. — Tu hijo, Ivar.

En Vida Como En El Valhalla • (SEGUNDA TEMPORADA) [Ivar The Boneless] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora