•• Capítulo 16 ••

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— No debiste venir conmigo.

La voz de Heahmund me saca de mis pensamientos.
Ambos nos encontrábamos en uno de nuestros drakkar y sólo nos dedicamos a recostarnos en silencio después de terminar de comer.
Giré mi rostro para encontrarme con mi guerrero aún mirando el cielo soleado.

— No debes defenderme ante nadie.

— Eres mi amigo, Heahmund. Hice lo mismo que haría si le hicieran algo así a Ingrid.

— Pero no debes hacerlo delante de Ivar. Vi como te miraba mientras hablabas... Él ya se dió cuenta.

Cerré mis ojos y suspiré dejando salir todo el aire que contenían mis pulmones. Supongo que sí, Ivar se habrá dado cuenta que él es el hombre que me consuela desde que se casó, pero trataré de hacer todo lo posible por persuadirlo.

— Él no te hará daño.

— No me interesa que me haga algo a mi, Lena. Pero no puedo negar que te extrañaré — me contesta sonriendo, pero aún con su vista pegada al cielo.

— Él está casado, cristiano. No volveremos...— su risa irónica interrumpe mis palabras.

— Ayer dormiste con él, ¿verdad? — mi silencio le otorgó una respuesta sin palabras — ¿Cuánto crees que resistiras verlo con otra mujer?

— ¡Lena! — Escuché la voz de Ingrid llamándome desde la playa.

Me levanté apenas y elevé mi cabeza por encima de las terminaciones de mi barco.

— Te necesitan. Quieren hablar sobre la llegada a Inglaterra.

— ¡Voy! — le grité.

Pero antes de salir del barco, tomé el rostro de Heahmund y lo besé suavemente sobre sus labios. No tardó mucho en responderme el beso, posicionando una de sus manos sobre mi mejilla.
Fue un beso suave y delicado, no había nada sexual en él.

— Pase lo que pase con Ivar, lo nuestro es otra cosa, sexy cristiano — argumenté sobre sus labios.

Me dió una sonrisa comprensiva, pero sabía que no estaba del todo convencido de mis palabras. Di un corto beso y bajé del barco para encaminarme hacia el gran salón.

Una vez dentro, divisé a Esben bebiendo con otros guerreros. Sin anunciarme, tomé la copa que se encontraba en una de sus manos y bebí todo el contenido de un sólo sorbo.

— No diré nada porque eres mi Reina. — me contesta sonriendo, con esa tierna voz juvenil que poseía.

— No dirás nada porque tu padre desde el Valhalla se enojaría contigo, niño — argumento sonriendo. Extiendo la copa ante otro guerrero, y éste la llena de vino. Cuando voy a beberlo, mis ojos chocan con la mesa principal, dónde Eivor charla animadamente con nuestros aliados. Ivar se encuentra a su lado mirándome fijamente con un serio rostro. Seguramente esta enojado conmigo por haberme ido así, pero poco me importa ahora que lo veo junto a ella. Bebo todo el vino de la copa, sin quitar la vista de la estúpida reina de Kattegat.

— ¿Se vengará, Reina Lena?  — me sonríe pícaramente mientras mira a la misma reina que estoy viendo en éste momento.

Arqueo una ceja y lo miro divertida — ¿Y yo cuando te he dado permiso para que te metas en mi vida, niñato? Primero ve y búscate una mujer, pequeño cerdito. — despeino su cabello y entre las risas de los guerreros me alejo hasta volver a mi lugar junto a Ivar.

Esben y yo habíamos creado un lazo de hermandad muy dulce desde la trágica muerte de su padre, White Hair, en la última batalla. De alguna manera se había aferrado tanto a nuestra disfuncional familia que formabamos con Olson e Ingrid, que no paraba de seguirnos todo el tiempo.
Aunque le llevaba no más de dos o tres años de diferencia veía a Esben como un hermano pequeño el cual me habían dejado los dioses para proteger.

En Vida Como En El Valhalla • (SEGUNDA TEMPORADA) [Ivar The Boneless] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora