MOONLIGHT | bucky barnes [moonstone series #4]

S E I S

LA MANO DE Luna fue inmediatamente a la pistola que descansaba debajo de su almohada, lista para sacarla, pero se detuvo al escuchar los quejidos del hombre durmiendo a su lado.

Lentamente, sin apartar su mano del arma, abrió los ojos. Bucky estaba dormido a su lado, con los ojos cerrados con fuerza y el cuerpo completamente tenso, moviéndose de un lado a otro. Estaba teniendo una pesadilla. Luna titubeó, insegura de qué hacer. De la nada, Bucky abrió los ojos.

Luna los cerró al instante.

Escuchó la respiración agitada de Bucky. Se quedó un instante con la espalda pegada a la cama y lentamente se dio la vuelta y se sentó.

—Mierda —maldijo por lo bajo. Luna escuchó en completo silencio cómo se vestía, y discretamente salía de la habitación de hotel.

Una vez que escuchó la puerta cerrarse, Luna volteó a ver al reloj electrónico que descansaba en la mesa de noche. 4:05 de la mañana, anunciaba, con números rojos parpadeando.

Tomó aire, observando al techo. Era inevitable no sentir la culpa invadiéndola. Ella podía quitarle el dolor. Podía sanarlo. Pero sabía que en cuanto la hiciera, la dejaría. No tenía por qué quedarse una vez que le diera lo que quería. Y no podía permitirlo. La Gema Lunar era más importante que su culpa. Era más importante que todo. Necesitaba recuperarla y no podía hacerlo sola.

No pudo volver a dormir.

Cuando el reloj marcaba las seis de la mañana, Bucky regresó. Al escuchar el forcejeo de las llaves contra la puerta, Luna cerró los ojos. Cuando entró a la habitación, Luna fingió apenas estar despertando. Fingió un bostezo, estirándose. 

☽ ☽ ☽

—Hola —saludó la chica, recién despertándose. Bucky apenas volteó a verla—. ¿Dormiste bien?

—No dormí —mintió perfectamente.

No hubo rastro en la expresión de Luna que indicara que sabía estaba mintiendo. En realidad, su intención había sido no dormir. A pesar de estar relativamente seguros y alejados de peligro, una parte de él no conseguía conciliar el sueño, diciéndose a sí mismo que alguien debía hacer guardia por la noche. Finalmente su cuerpo y su mente habían podido más que él, y había caído dormido, solo para despertar gritando internamente, las pesadillas acechándolo.

—¿Qué hiciste entonces? —preguntó Luna casualmente, poniéndose de pie y caminando hacia el pequeño baño ubicado en un rincón.

—Salí a correr un rato —eso era verdad. Había querido despejar su mente un rato, intentando olvidar los horrores de sus sueños. No funcionó.